El prior de la Basílica de Lledó, mosen Josep Miquel Francés, presidió ayer una solemne eucaristía recordando a Santa María Magdalena, su ermita y los orígenes cristianos de Castellón. Al finalizar, el padre Alfredo Salazar ofreció a la veneración de los fieles la reliquia de la santa; un pequeño busto relicario del siglo XVI, que alberga una pequeña caja de plata con un fragmento del cuerpo de la santa, que está enterrado en la Basílica de Saint Maximin, cerca de Marsella. Con este busto relicario es recibida cada año en el Lledó la romería de la Magdalena en su regreso nocturno.

Durante todo el día permaneció iluminado y adornado el retablo de Santa María Magdalena de la basílica, donde un gran cuadro de Vicente Traver Calzada enmarca la imagen de la Magdalena del pintor Juan Bautista Porcar, venerado antiguamente en su altar del ermitorio de la montaña. En un lateral de esta capilla se puede observar la Aparición de Cristo Resucitado a Santa María Magdalena la mañana de Pascua.

Castellón recuerda todos los años a Santa María Magdalena con una romería celebrada el tercer domingo de Cuaresma, cuando se conmemora la fundación de la ciudad en 1252. La romería de les canyes celebra que allá en la montaña, en la ermita dedicada a la santa, se reunía la primera comunidad cristiana antes del traslado. Sin embargo, la fiesta litúrgica de la santa en todo el mundo cristiano es el 22 de julio.