El empleo sumergido sigue sin estar solucionado, y en el caso del servicio doméstico todavía menos. Cuatro años después de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero pusiera en marcha fórmulas para regularizar el sector, la realidad es que esta actividad sigue siendo un terreno abonado al trabajo en negro. Tanto que los sindicatos estiman que la mitad de las mujeres (el 98% son féminas y en un alto porcentaje de origen inmigrante) que en Castellón trabaja como asistente lo hace sin estar dada de alta en la Seguridad Social.

Los datos que maneja el Ministerio de Empleo contabilizan en la provincia 4.004 empledas domésticas. En la Comunitat Valenciana son 32.945, mientras que en el conjunto nacional la cifra asciende a casi 425.000. Pero en la estadística oficial no están todas las que son. “El 53% de las personas que en Castellón trabajan en este sector lo hace en negro, un porcentaje que supera la media nacional”, apunta Cándida Barroso, secretaria de la Dona del sindicato CCOOPV.

Desde el 2012, estas trabajadoras gozan de más derechos. Las que están dadas de alta (deben hacerlo tanto los empleadores como la trabajadora) tienen cobertura si sufren un accidente laboral. Si enferman, cobran la baja a partir del cuarto día y su sueldo se ajusta al IPC. Pero eso es solo en la teoría. La realidad es muy distinta. “Todavía existe una gran reticencia por parte de los empleadores a darles de alta y eso explica por qué en la Comunitat 40.000 mujeres trabajan como asistentas y lo hacen al margen de la ley”, argumenta Barroso.

UNA BATERÍA DE PROPUESTAS // Para acabar con una situación que los sindicatos califican de “semiesclavitud” (CCOO asegura que saben de asistentas que perciben dos euros por hora trabajada o que llevan décadas en un mismo hogar sin cotizar), los agentes sociales reclaman toda una batería de iniciativas. Una sería la necesidad de más controles por parte de la Inspección de Trabajo. Otra sería la puesta en marcha de campañas informando de la obligación de cumplir la ley, así como de incentivos a las familias que contraten a una asistenta. “El problema es que este sector arrastra los sesgos de género. Es una actividad copada por mujeres y, además, no está valorada. Nadie se imaginaría hacer eso con una abogada o con un arquitecto”, critica la responsable de CCOO.

De momento, los sindicatos ya han conseguido que Les Corts Valencianes insten por unanimidad al Gobierno central a ratificar el convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para las empleadas de hogar, y han recogido más de 100.000 firmas a nivel nacional. “No pedimos nada que no tengan otros trabajadores. De lo que se trata es de que tengan derecho al desempleo, al subsidio para mayores de 55 años, a la posibilidad de cobrar sus salarios del Fogasa en caso de insolvencia de la parte empleadora o la cotización por salarios reales”, insisten desde las centrales sindicales. H