La situación de Castellón es mejor que la de hace unos años». Este fue el primer argumento que ayer esgrimió el presidente de la Diputación, Javier Moliner, en el debate sobre el estado de la provincia. Y, acto seguido, lo argumentó con números: las exportaciones han crecido «un 35%» en los últimos siete años hasta «casi 7.000 millones», con un incremento también de «665» empresas exportadoras; la reducción del paro, de 12 puntos, ha sido «muy significativa, así como el aumento de cotizantes a la Seguridad Social, «del 7%»; o el turismo, una de las grandes fuentes de ingresos de la economía provincial, con un alza de los viajeros de «un 28%».

Esta mejoría económica --que no es atribuible a la Diputación, pero a la que esta institución ha tratado de ser «útil», dijo-- y la lucha contra la despoblación fueron los dos ejes principales en los que ayer jueves se centró el debate. Y con números que se remontan al 2011, cuando Moliner tomó posesión. Y es que el de ayer fue el último debate sobre el estado de la provincia de la legislatura, y por tanto de Moliner, que dejará la Diputación al acabar el presente mandato. Incluso hubo quien parecía querer despedirle, como la portavoz de Ciudadanos, Cristina Fernández, a lo que el presidente contestó sonriente.

sin estridencias // En un tono calmado y sin interrupciones, en el debate los diferentes grupos fueron exhibiendo sus posturas. No hubo apenas discusión sobre la mejora económica y su repercusión --aunque podría haberla habido-- pero sí sobre la despoblación. Moliner se mostró orgulloso del programa Repoblem, que puso en marcha en el 2014 y que ha logrado «introducir en la agenda política» el éxodo rural. Y resaltó medidas como las unidades de respiro, las escoles matineres o el incremento de «oportunidades laborales en el territorio».

Frente a esto, el portavoz socialista, Antonio Lorenzo, le recriminó que la Diputación no ha inventado la lucha contra la despoblación, porque ya en el 2007 hubo una ley estatal para comenzar a actuar; y los portavoces de otros grupos, como Xavi Trenco, de Compromís, señalaron que aún quedan varias medidas por ejecutar para facilitar el arraigo.

En cuanto a la economía, Moliner señaló que gracias a la «buena gestión económica», con un aumento del presupuesto del 21,5% desde el 2011 y la reducción de la deuda --que llegará a cero el año que viene--, la Diputación ha tratado de ser «un mecanismo para generar recursos en los pueblos». Así lo han hecho «aumentando la capacidad inversora» de los ayuntamientos con las transferencias y al ahorrarles recursos propios, por ejemplo con la central de compras; reduciendo costes de financiación; o con los programas de eficiencia energética.

Pero, además, la propia corporación provincial ha aumentado en «un 245%» los fondos para la lucha contra el desempleo, con «innumerables programas de formación o capacitación profesional». Asimismo, se reducido el periodo de pago a proveedores a «alrededor de 12 días», dijo.

Otro de los ejes del debate versó sobre la transparencia, que incluso le ha llevado a obtener «reconocimientos por parte del Ministerio», destacó el presidente provincial. Ante esto, la oposición le reprochó las dificultades de acceso a la información.

Para concluir, Moliner resaltó los valores de «libertad» económica, educativa, social e identitaria que encarna la Diputación.