El presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, puso ayer sus logros económicos al frente de esta institución como modelo al servicio del resto de las provincias representadas en el seno de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

Javier Moliner intervino ante la Subcomisión de Diputaciones, Cabildos y Consejos Insulares de la federación nacional con un discurso en el que puso énfasis en la necesidad de que las administraciones rebajen su endeudamiento, al tiempo que instó a consumir los menores recursos posibles para poder destinarlos al máximo a los ciudadanos.

«La Administración debe rebajar su deuda, intentar gestionar con superávit, es decir, no gastar más de lo que se ingresa, e intentar prestar más servicios con el mismo personal», indicó Moliner, a lo que añadió que lo importante es que todos los recursos de los que disponen «vayan destinados a los ciudadanos».

El presidente provincial señaló que en el presupuesto de la Diputación de Castellón para el 2018 se contempla una mejora sustancial de los servicios que presta, con seis millones de euros más de inversión que en el 2017, con una importante reducción de los costes de personal, hasta conseguir que estos supongan un 18,3% de su presupuesto, cuando la media de las administraciones locales se sitúa en el presente ejercicio del 2017 por encima del 29%.

Además, con el propósito de destinar el máximo de recursos a inversiones reales en los municipios la institución provincial ha logrado reducir en un 65% su endeudamiento en seis años, pasando en el último ejercicio de 59,2 millones de euros a 49,6, además de mantener un objetivo de deuda cero en el 2019, según expuso Moliner durante su intervención ante el seno de la FEMP.

«Este modelo se ha instalado ya en la inmensa mayoría de las administraciones públicas en España y eso nos ha llevado a que los ayuntamientos y las diputaciones no seamos parte del problema por no pagar a proveedores, sino que seamos parte de la solución», manifestó Moliner.