El presidente de la Diputación y del PPCS, Javier Moliner, restó ayer valor a las críticas de deslealtad institucional vertidas contra él por Adolf Sanmartín, que atribuyó a un intento de “ganar puntos” en clave orgánica, y rebajó con sus palabras la relevancia del puesto que ocupa este como delegado territorial de Presidencia de la Generalitat en la provincia.

Sanmartín tildó a Moliner de “partidista” por la carta que este envió al líder del Consell, Ximo Puig, una misiva de la que el popular dijo que “tiene un tono respetuoso y leal”. Sobre las acusaciones, indicó que “no hacen sino destapar las mentiras que se vertieron en la reunión de Puig con los alcaldes” del lunes, y tras la que los socialistas reiteraron su denuncia de que Diputación discrimina a las ciudades grandes.

Javier Moliner insistió en este sentido en que “cuando uno va a los números y ve como los municipios de más de 20.000 habitantes han recibido más dinero, me cuesta entender que mientan deliberadamente”. Instó además a los socialistas que “están en una competición alocada para ver quien gana más puntos en la carrera orgánica”, a que “dejen esta cuestión para el partido”.

Sobre el reproche de Sanmartín a Moliner porque este no respondió a su petición de una entrevista, este último dijo que “un director territorial no suele tener interlocución con el presidente de la Diputación”. Tras ironizar al decir que “con esto de los cargos del Consell, entre el mestizaje y la guerra orgánica, uno no acaba de entender muy bien dónde se ubica cada uno”, concluyó que “si quiere tener interlocución, yo me reúno con los 600.000 habitantes de la provincia de uno en uno sin ningún problema, incluido el señor Sanmartín”.

Preguntado por la confirmación de Óscar Clavell, inmerso en varios procesos judiciales, en las listas electorales del PP, Moliner reiteró que no hay razón para que no sea así, porque se trata de cuestiones administrativas. H