Más castellonenses buscan liquidez rápida a través de los empeños de joyas, como un suplemento con el que hacer frente a los gastos de la economía doméstica en plena crisis sanitaria y económica, de ERTE por el covid-19.

La directora del Monte de Piedad de la Fundación Bancaja en Castellón, Ana Soto, detecta un repunte de la actividad de los usuarios en torno a un 15% desde el inicio de la pandemia. «No hay colas como en València ciudad, donde quizás consta el factor de la densidad demográfica o porque ya existía un hábito previo de acudir al Monte de Piedad, pero igualmente se ha notado un claro incremento en Castellón», declara. El perfil sí ha cambiado. «La clientela tradicional son familias, principalmente, amas de casa que llevan la economía familiar. Ahora vienen también autónomos, pequeños empresarios y profesionales liberales que han visto mermar sus ingresos», indica Soto sobre la oficina que la entidad tiene en la plaza Huerto Sogueros de la capital de la Plana.

«El usuario viene con joyas, se tasan las piezas delante de él y se lleva un préstamos. Según la cantidad, el interés es anual y no supera el 8%. Es una financiación alternativa y rápida», apunta. El 97% de préstamos de joyas se devuelve, por lo que no se pierde el objeto que, en caso de impago, se subasta». El importe medio de los préstamos obtenidos a través del aval de joyas en Castellón ronda los 800 euros. Coincidiendo con este 2020, año de la pandemia, «el precio del oro ha subido bastante, un 25%, y con las mismas joyas ahora se consigue más dinero. En tiempos de crisis, es mejor conservar el oro que venderlo, porque así puede ayudar en otro momento», aconseja. ¿Y el miedo a perder el objeto si no se puede devolver el dinero? Se puede cancelar el préstamo antes del año sin comisión o renovar cada año, cuantas veces se necesite. Y una parte de beneficios revierte en obra social de Castellón.

Cambio de tendencia: De la pulsera de la Comunión al reloj y los brillantes

Tasar pulseras y medallas de la Primera Comunión era algo más frecuente hace unos años en el Monte de Piedad. Joyas emotivas, pero que se conservaban en el cajón de la cómoda sin darles uso y que muchas familias se vieron obligadas a empeñar para obtener una liquidez rápida, a devolver.

«Solo valoramos joyas, no otro tipo de objetos valiosos. Antes nos traían de uso cotidiano: pulseras, medallas... Pero ahora, en la etapa del covid-19, vemos más relojes y piezas con brillantería, quizás más de pequeños empresarios», detallan desde la entidad, donde «un gemólogo valora y mire cada pieza al detalle, cómo está engarzado, etc.».

Desde el Monte de Piedad en Castellón reseñaron que hay quien sí usaba ya antes de manera habitual esta vía, «de venir con una joya y llevarse dinero para las rebajas; para comprar libros escolares; o incluso depositarlo antes de irse de vacaciones en lugar de guardarlas en casa».