El que fuera hasta el pasado mes de agosto secretario general de la Confederación de Empresarios de Castellón (CEC), Rafael Montero, ha dejado la entidad, a la que aún estaba vinculado laboralmente, después de alcanzar un acuerdo con la actual dirección, a cargo de una junta gestora tras quedar descabezada por la renuncia de su cúpula directiva.

La baja de Montero como empleado de la confederación, a la que llevaba vinculado como número dos desde hace 28 años, es efectiva desde el pasado miércoles, 14 de septiembre, según confirmó ayer el presidente de la gestora, Néstor Pascual, quien señaló que el acuerdo satisface a ambas partes, además de poner punto final a las negociaciones que se venían realizando. De esta manera, el exsecretario general de la CEC queda totalmente desvinculado de la entidad a la que representó en los últimos años.

De este modo, la CEC da un paso más hacia su normalización tras la crisis interna abierta a raíz de su delicada situación financiera y la apertura de una causa judicial por un supuesto fraude en unos cursos de formación organizados por la Confederación, en la que el propio Montero permanece aún como sujeto investigado y procesado por el juzgado de instrucción número 4 de Nules.

EN PRECONCURSO // Paralelamente, la confederación se encuentra inmersa en un preconcurso de acreedores, que deberá resolverse antes del próximo 31 de octubre. Además, tiene aún pendiente la aprobación de las cuentas del 2015 y, más adelante y en su caso, deberá aprobar sus presupuestos anuales.

Una asamblea extraordinaria celebrada a principios de agosto dejó en manos de una gestora la dirección de la CEC, tras la marcha de su presidente, José Roca, y es este órgano sobre el que pivotará el futuro de la entidad a lo largo de los dos próximos años, según fuentes internas.

Mientras tanto, los nuevos gestores tendrán que resolver el conflicto laboral surgido tras el despido de parte de su plantilla. H