Una nueva tragedia de tráfico golpeó a la provincia con fuerza este miércoles por la mañana, cuando un choque frontal entre dos coches en la CV-13 se cobró la vida de tres personas en Vilanova d’Alcolea --dos de ellas padre e hijo--. No ha sido la única de los últimos días, pues el pasado sábado otro hombre moría en la AP-7, a la altura de Orpesa, tras colisionar con dos turismos, volcar y quedar atrapado en la cabina de su camión. En cuatro días, las carreteras se han cobrado la vida de cuatro personas en la provincia. Pese a este importante número, las cifras globales de siniestralidad vial son este 2019 mucho mejores que hace un año.

Según datos proporcionados a este periódico por la Jefatura Provincial de Tráfico, este año han muerto en accidentes viales un total de 19 personas. O lo que es lo mismo, una cada 20 días. El pasado ejercicio, en cambio, fallecieron un total de 32, lo que representa casi el doble de muertes.

OSCILACIÓN / La verdadera diferencia se encuentra en las oscilaciones registradas entre la ciudad y las carreteras interurbanas. Mientras que en los núcleos urbanos las vidas que se ha cobrado el asfalto son casi las mismas (5 este año y 4 el anterior), en carretera han descendido de 28 a 15.

Cinco de las víctimas mortales registradas en el presente ejercicio han muerto en autovía, dos en autopista y ocho en vías convencionales, según la DGT. En 2018 se registraron, sin embargo, más fallecimientos en la AP-7 (5), muchos más en vías convencionales (19) y menos en autovía (3). Según los registros de Tráfico, una única persona pereció en un camino de tipo rural en 2018.

Por lo que respecta a los heridos en siniestros viales, las variaciones no son tan significativas como en el caso de las muertes. En lo que va de año se han producido 795 accidentes con víctimas (818 en 2018) y 165 personas con lesiones graves, frente a las 115 del pasado año.