A la ya habitual --y muy molesta-- presencia del mosquito tigre en 63 municipios de la provincia de Castellón y a la reciente aparición de una plaga de garrapatas en varias localidades de la Plana Alta se suma ahora la proliferación y aparición en zonas hasta ahora desconocidas de otro insecto. Se trata de la mosca negra, muy temida por sus mordeduras.

Su presencia es conocida en la Comunitat desde hace más de dos décadas, pero según advierten los expertos en la materia, sí es novedoso el hecho de que en los últimos tiempos ha colonizado nuevos territorios en las zonas medias de ríos como el Millars o el Palancia, aunque en una reciente guía la Generalitat también documenta poblaciones en los ríos Cèrvol y Senia.

El responsable de la empresa Lokímica, Rubén Bueno, asegura que, «sin llegar a ser una plaga», «en los últimos años ha habido una serie de cambios en los ríos, sobre todo referentes al aumento de la calidad del agua por la reducción de los vertidos, que ha propiciado que la mosca negra se desplace a tramos más bajos de los cursos fluviales».

La mosca negra necesita aguas corrientes y oxigenadas para su supervivencia y reproducción, pues vive fundamentalmente en la vegetación de ribera y las algas. Esto imposibilita su llegada a las zonas más pobladas de la provincia, como la desembocadura del Millars, pero es también lo que permite su presencia en zonas medias. En concreto, Bueno informa del aumento de poblaciones en municipios como Bejís, Viver y otras localidades del Alto Palancia situadas aguas arriba del embalse del Regajo. En cuanto al Millars, este insecto ha llegado a localidades como Montanejos, aunque no hay noticias de colonias más abajo.

SIN MEDIDAS // Por el momento, los ayuntamientos no tienen constancia de gran cantidad de mordeduras, por lo que de momento no prevén impulsar medidas de control de poblaciones como las aprobadas en la provincia para frenar al mosquito tigre.