El mosquito tigre gana terreno a pasos gigantes en Castellón, hasta el extremo de que ya está presente en 75 de los 135 municipios de la provincia, tanto de costa como de interior, tres más que en el último trimestre del 2019. Así se desprende de los últimos datos computados por la Conselleria de Sanidad --referentes al mes de abril-- a raíz de los controles periódicos que realiza el Laboratorio de Entomología y Control de Plagas de la Universitat de València, que constatan que este molesto insecto ha colonizado hasta un 64% más de localidades que hace tres años, lo que explica que los ayuntamientos refuercen tratamientos en imbornales y calles para paliar una plaga que causa estragos entre la población. Un ejemplo es Onda, que sigue desinfectando los potenciales focos del casco urbano a través de un servicio profesional, pero requiere a Diputación que actúe en zonas interurbanas.

En la Comunitat este insecto está activo todo el año, aunque la mayor actividad se produce entre los meses de mayo y noviembre. Suele hacer varias picaduras seguidas, ya que la hembra necesita alimentarse varias veces.

¿Dónde se detectan?

Las larvas se detectan en jarras, cubos, platos de debajo de las macetas, desagües de los patios, sumideros, sistemas de drenaje de tejados, charcos de agua, etc, por lo que los expertos en tratamientos, como la empresa Lokímica, inciden en la problemática detectada este año en propiedades privadas, principalmente segundas residencias en el litoral, donde durante el confinamiento por la alarma sanitaria se detectaron viviendas vacías con acumulaciones de agua por las lluvias, que se convirtieron en focos de insectos, lo que disparó las molestias.

Mosquitos de marjal

Y si el mosquito tigre ya campa por más de la mitad de la provincia, las lluvias registradas en los últimos meses, unidas a las elevadas temperaturas existentes esta primavera, han provocado una gran proliferación de larvas y ejemplares adultos de mosquitos en Castellón, en especial en las zonas costeras. Se trata del mosquito de marjal. Precisamente, para frenar el ciclo vital de este insecto, el 23 de abril se realizó un tratamiento aéreo en las zonas húmedas de ocho municipios, y los tratamientos terrestres se han triplicado e incluso se llevan a cabo de noche en municipios, sin grandes resultados.

Molestias en el campo

Hasta la fecha no se ha logrado aplacar la plaga y las molestias a la población. Y un colectivo especialmente vulnerable es el de los agricultores, pues el insecto condiciona el trabajo en el campo y, como denunció ayer la portavoz del PP, Ana Obiol, ya provoca quejas entre los vecinos de la Ribera de Cabanes, que exigen soluciones.