El mosquito tigre ataca de nuevo, y pese a que este verano los casos más problemáticos se concentran en zonas concretas, especialmente urbanizaciones, los afectados denuncian que la dificultad para combatirlo aumenta. Tanto es así que vecinos de Castellón aseguran que los insectos se han hecho resistentes a los repelentes utilizados en zonas de riesgo extremo de malaria o dengue.

En concreto, y según ha podido saber Mediterráneo, una de las zonas más conflictivas es la de las urbanizaciones periféricas y más cercanas al monte de Castellón, como Penyeta Roja o Tossal Gros. «El verano está siendo insoportable, pues los mosquitos tigre pican a cualquier hora del día», afirman varios ciudadanos. En concreto, una familia de resistentes asegura que ante la masiva presencia de dípteros optaron por utilizar los productos que todavía guardaban de un viaje por Asia, sin obtener mejor resultado.

Los expertos afirman que la posibilidad de que los tigre de Castellón se hayan hecho resistentes a los repelentes más extremos del mercado no puede descartarse, pero indican que harían falta investigaciones más profundas. El biólogo de la empresa Lokímica, que trabaja en diversos municipios de la provincia, asegura que los productos «no funcionan al 100%» y «siempre existe un margen de riesgo».

No obstante, no es la primera noticia sobre posibles mutaciones, puesto que el año pasado un estudio del Journal of the American Mosquito Control Association desvelaba que, en Castellón, la tasa de efectividad de algunos de los insecticidas más utilizados, como la cipermetrina o la deltametrina apenas lograban acabar con el 85% y el 90% de los mosquitos tigre adultos. En buena medida por ello, las empresas especializadas optan ya por tratamientos antilarvas.

REPUNTE A MITAD DE AGOSTO // El diputado provincial de Desarrollo Sostenible, Mario García, afirmó que la situación en la mayoría de localidades de la provincia está «controlada con los tratamientos», aunque reconoció que puede haber zonas puntuales en las que haya repuntes. Asimismo, instó a extremar las precauciones y los controles ante la posibilidad de que, tras la ola de calor actual, a mediados de agosto se produzca un episodio de lluvias y tormentas que provoquen un repunte de las larvas.

La situación más complicada se controló en Torreblanca, donde la semana pasada las autoridades optaron por realizar un tratamiento con medios aéreos en una zona de paraje natural para evitar la proliferación de larvas, que se habían reproducido con facilidad tras un episodio puntual de precipitaciones.