A las motos les ocurre como a los coches. Durante los años más duros de la crisis las ventas de los vehículos de dos ruedas cayeron estrepitósamente en Castellón y en apenas cinco años, desde el 2008 al 2013, el sector perdió algo más de la mitad del negocio. Algo sin parangón que ahora está empezando a recuperarse. Las dos ruedas están reconquistando las calles, y aunque el coche sigue siendo el rey del asfalto, los fans de las motos ya se cuentan por miles. Quienes las conducen solo hablan de ventajas: permiten desplazamientos rápidos por la ciudad, gastan poco combustible y, lo más importante, no hay que dar vueltas y vueltas para aparcar. Y, encima, para estacionar no hay que pagar.

Después de tocar mínimos en el 2013, cuando en Castellón se vendieron 919 motocicletas y ciclomotores, poco a poco el sector se ha ido recuperando hasta llegar al 2017 con un total de 1.429 unidades, un 1,4% más que durante el año anterior. Y este 2018 los buenos resultados se repiten. Durante los cuatro primeros meses de este año se han matriculado en la provincia 426 vehículos de dos ruedas (391 motocicletas y 35 ciclomotores), un 34,8% más que durante el mismo periodo del año pasado y una media de 4 al día, según los últimos datos de Anesdor, la Asociación Nacional de Empresas del sector de las Dos Ruedas. Y en el conjunto de España la tendencia es la misma, aunque las ventas crecen menos que en la provincia. «El mercado de las dos ruedas experimenta un crecimiento en lo que llevamos de año tanto a nivel estatal como en Castellón donde, en concreto, las matriculaciones de motocicletas han aumentado un 51%, una cifra por encima de la media nacional que se sitúa en el 21%», explica José María Riaño, secretario general de Anesdor. «Este incremento responde a que el mercado ya se ha recuperado de la caída que provocó la entrada en vigor en 2017 de la Etapa Euro 4 de la normativa europea de emisiones para las motocicletas, pero también se debe a que cada vez más ciudadanos reconocen en la moto un vehículo de numerosas ventajas para la movilidad urbana», argumenta.

En el sector de las dos ruedas reina el optimismo y se da por sentando que lo mejor todavía está por llegar. Y no solo por el crecimiento de ventas, sino porque confluyen una serie de factores. Uno de los más importantes que los ayuntamientos ven con buenos ojos a las motos y en los últimos años han habilitado decenas de nuevos puestos de aparcamiento. Y el centro de Castellón es un buen ejemplo de ello.

ciudades más moteras // Una cosa son las motos que se venden y otra el parque de vehículos de dos ruedas con los que cuenta la provincia. Y ahí el número también va al alza. Nada menos que en Castellón se contabilizan 34.230 vehículos de dos ruedas, de los que 9.547 están en la capital, según el informe Las dos ruedas en España elaborado por la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa) y Anesdor.

La moto gana presencia y conquista a las mujeres, aunque sigue siendo un vehículo conducido mayoritariamente por hombres. Solo el 14% de los vehículos de dos ruedas que circulan por la provincia son manejados por una fémina. Y otro apunte más: Vinaròs es la villa más burra de la provincia, entendiéndose por burra el nombre que en su jerga los motoristas otorgan a su vehículo de alta cilindrada. De hecho, en la localidad del Baix Maestrat existen 12,72 motos de gran potencia por cada 1.000 habitantes.