Desde Benicàssim, el hostelero Rafa Pallarés contó su experiencia: «Nos afecta que a partir de las doce de la noche nadie pueda entrar. Ha venido mucha gente que no lo comprendía y se iba enfadada por ello». «La facturación de agosto, que nos hace pasar la larga travesía del invierno, se resentirá. Todo sea por el interés general», agregó. Informa: E. B.