El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa en alza. Afecta a unas 15.000 personas en Castellón y solo la Unidad de Memoria y Demencias del Hospital La Magdalena, el área de referencia en la provincia, diagnostica unos 600 nuevos casos al año. Su incidencia va a ir en aumento y lo va a hacer porque está ligada al envejecimiento. Los neurólogos calculan que el número de enfermos se duplicará en 10 años y, mientras tanto, quienes la sufren, sus familiares y los médicos que la tratan se enfrentan a una situación de difícil salida: no hay un tratamiento, no se saben las causas y, pese a los últimos avances, las terapias para retrasarla son de una eficacia relativa.

Ese escenario de envejecimiento de la población y su correspondiente aumento de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, tiene un correlato claro en las estadísticas sobre la causa de la muerte en Castellón. En 2015 (último año en el que hay datos) se le atribuyeron a esta dolencia 321 defunciones, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2005 fueron 114. O dicho de otra manera: un aumento del 81%, enorme si se tiene en cuenta que el número total de muertes solo creció un 6,8%.

Pero el alzhéimer no mata directamente. «En sí esta enfermedad no es una causa de muerte y lo que sucede es que produce un debilitamiento general del paciente», apunta Emilio Marmaneu, presidente de la Asociación Provincial de Alzhéimer (AFA Castellón) y de la fundación Salomé Moliner, que también achaca el incremento de la cifra de fallecidos a que cada vez hay más enfermos diagnosticados.

El aumento del diagnóstico precoz tiene mucho que ver con el hecho de que en torno al 10% de los pacientes aún no han cumplido los 65 años. «Hay muchas personas cuya enfermedad está en fase inicial. Nos encontramos antes personas que pueden opinar y contar cómo se sienten y en ellos queremos centrarnos este año», describe Marmanéu.

Pese a que se ha avanzado mucho, los expertos no se cansan de repetir que la prevención es clave. «Llevamos años reivindicando un plan nacional de alzhéimer», explica el presidente de AFA Castellón que revela que el documento debe marcar las políticas sociosanitarias en lo que respecta a una enfermedad que afecta 1,2 millones de personas en España.

Si a nivel nacional se está a la espera del plan, en Castellón la principal reivindicación se centra en la apertura del centro de día La Pineda, cerrado desde hace diez años. «Tenemos el compromiso de la alcaldesa y sabemos que existe dotación presupuestaria. Esperamos que sea una realidad durante esta legislatura y confiamos que se reserve espacio para en un futuro habilitar una residencia», argumenta.

Otra de las preocupaciones de AFA Castellón es la carencia de centros de día y residencias para enfermos en los municipios del interior de Castellón. De las trece unidades con las que cuenta la asociación no hay ninguna en el interior que es, además, la zona de la provincia cuya población se encuentra más envejecida.