Las muertes por accidente de tráfico se desplomaron en el 2018 en las vías urbanas de la provincia de Castellón a diferencia de lo ocurrido en carretera. Según el balance de la Jefatura Provincial de Tráfico, el pasado año, cuatro personas se dejaron la vida en el asfalto dentro de municipios de la provincia, mientras en el año anterior lo hicieron 11, y seis en el 2016. En cambio, en vía urbana las muertes se dispararon, de 23 a 29 en el último año, como ayer publicó Mediterráneo.

Tres de las cuatro víctimas en estos siniestros acontecidos en ciudad eran motoristas. Terribles ejemplos son los de un experto motero que perdía la vida en Vila-real el pasado 2 de septiembre cuando circulaba por la avenida Italia sobre las 8.15 horas. Era domingo y al parecer, se salió de la vía y colisionó contra la parte posterior del semirremolque de un camión estacionado. O el ocurrido el 9 de octubre sobre las 20.00 horas entre la avenida Matilde Salvador y Europa de la misma localidad, cuando un hombre perdió el control de la scooter que conducía debido a la lluvia y se golpeó fatalmente en el pecho contra una farola. Un accidente similar al que sufrió en Traiguera el pasado 2 de diciembre por la tarde un joven que circulaba por la partida Damunt la Font. Moría tras caer de la moto y golpearse contra una farola. Ocurría detrás del campo de fútbol y cerca de la cooperativa de aceite Cervol.

Entre las medidas que va a impulsar el Gobierno para reducir la siniestralidad en ciudad figura la fijación del límite de velocidad a 30 kilómetros por hora (30 km/h) al menos en las calles de un solo sentido de las ciudades.

UN PLAN ESPECÍFICO // El director general de Tráfico, Pere Navarro, aseguró que esta es la mejor iniciativa para reducir a la mitad las muertes de motoristas en accidente, un colectivo, además, que carece de espacio propio para la circulación. Aparte, se está trabajando en un plan específico de seguridad para este tipo de vehículos. Entre las actuaciones que se abordan se encuentra el analizar si debe ser o no obligatorio el uso de guantes, el tipo de calzado, el diseño viario o la formación. A su vez se recordó la necesidad de utilizar prendas homologadas y certificadas, incluso el casco, y de la talla adecuada, así como el avance que supone el llevar chalecos con airbag.

Peatones, ciclistas y motoristas, de hecho, forman el colectivo más vulnerable.

También ha previsto cambios puntuales en el sistema de carnet por puntos para sancionar más a quienes no usen el casco, el cinturón y las sillitas, así como el móvil al volante, así como hacer campañas de sensibilización en los usuarios más jóvenes.

La labor de los ayuntamientos en pro de la mejora de la movilidad y las campañas de control también pueden contribuir.