Los municipios costeros de Castellón trabajan contrarreloj, pero aún con muchas dudas para preparar unas playas seguras frente a la pandemia cuando autoricen el baño en ellas, a partir del próximo lunes, 1 de junio, si es que la provincia pasa entonces a la fase 2. Peñíscola y Benicàssim se plantean abrir el mismo día 1, con socorristas, y Orpesa, para el 15 de junio.

Las tres participaron ayer en una reunión telemática con otras 12 localidades costeras de la Comunitat en la que la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, expuso «el borrador del nuevo decreto de playas», aunque este no se publicará «hasta el 5 de junio». Peñíscola y Benicàssim cuestionaron la tardanza en conocer las normativas oficiales para ceñirse a ellas a tiempo, pues a fecha de hoy trabajan con los parámetros marcados por el Estado (publicados en una orden el 23 de mayo --controlar el aforo y la distancia en arena y agua--). «Nos falta el protocolo detallado de seguridad de Conselleria. Mañana (por hoy), Turisme presentará una guía», indicaron los munícipes de Peñíscola y Benicàssim. Reclaman a la Generalitat unidad de acción e inversión.

Por ahora, Peñíscola triplicará la maquinaria de limpieza de arena y reforzará la desinfección de superficies como barandillas o lavapiés. En Orpesa, instalarán casetas informativas y habrá más vigilancia. Benicàssim recordó que el decreto regulará socorrismo y salvamento, y cuando se publique deberán adaptarse.