La misma medicina que previene la diabetes, la obesidad, la hipertensión, la depresión y mejora el rendimiento académico, sirve también para mejorar la salud del corazón y los huesos y alargar la vida. Se llama actividad física y si quien quiere mover los músculos estudia o trabaja en la Universitat Jaume I de Castelló (UJI), todavía lo tiene más fácil. Porque el campus de Riu Sec presume de tener unas instalaciones deportivas de 10. Un monumental gimnasio de más de 95.000 metros cuadrados y donde solo durante este curso se han contabilizado 180.000 accesos. Y todo eso mientras la Universitat sigue a la espera de que la Conselleria de Educación le dé el ok para implantar el reivindicado grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Ahí está la paradoja: unas instalaciones cum laude para una titulación que se hace de rogar.

Inauguradas en mayo del 2010, de las instalaciones deportivas de la Jaume I se dice que son unas de las mejores de todas las universidades de la Comunitat Valenciana. Y también están en el pódium a nivel nacional. «La principal singularidad es que todos los espacios están juntos, uno al lado del otro, algo que no pasa en otros campus», describe Carlos Hernando, director del Servei d’Esports y coordinador del plan de estudios de Ciencias del Deporte de la Jaume I.

Las instalaciones deportivas son el músculo de la UJI. El lugar donde entrenan, nadan, practican fitness o juegan a baloncesto estudiantes universitarios, pero también profesores y administrativos del campus. También los socios de clubs de fútbol o triatlon de Castelló, a los que la Jaume I alquila las pistas para que puedan entrenar. «La actividad es constante y el pasado mes de mayo, por ejemplo, fuimos la sede de los campeonatos de España universitarios, en los que participaron un millar de deportistas de todo el país», apunta Hernando.

El macrogimnasio de la UJI se divide en cuatro áreas: piscina cubierta, polideportivo, zona de raquetas y pista al aire libre. La piscina consta de dos vasos, uno de 25,02 metros de largo por 20,50 de ancho, diez calles y una profundidad de entre 1,35 y 1,80 metros; y otro pequeño de 20x10. La zona que está al aire libre consta de una pista de atletismo, una zona de carrera, una pista de volei playa, campos de fútbol (7, 11 y 5), fútbol sala de resina, baloncesto, rugby o hockey. En la zona de raquetas se puede jugar al tenis, pádel, badminton, frontón y squash; mientras que las pistas de baloncesto y las de fútbol sala cubiertas se encuentran en el área del pabellón polideportivo.

Una doble función

Las instalaciones de la Jaume I cumplen una doble función. «Por un lado sirven como soporte docente de varias titulaciones, entre ellas Magisterio y Psicología. Por otra son un espacio en el que la comunidad universitaria practica deporte», cuenta el director del Servei d’Esports de la UJI , que insiste en resaltar que los más de 13.000 alumnos del campus de Riu Sec tienen instalación donde hacer actividad física a menos de 300 metros de su facultad. «Además todos los rectores han apostado por estas instalaciones y el Servei d’Esports siempre ha estado muy integrado en todos los equipos de Gobierno», dice.

Pero el impacto de esta miniciudad deportiva llega más allá de la propia Universidad. Cualquier persona, aunque no tenga ni haya tenido ninguna relación directa con la UJI, puede entrenar, nadar o ir a su gimnasio. «Se trata de unas instalaciones que están abiertas a todo el mundo. Lógicamente, las condiciones para los alumnos y trabajadores son más ventajosas, pero todos las pueden utilizar», añade.

Pese a que no están cerradas para nadie, la inmensa mayoría de los usuarios de estas instalaciones son estudiantes. «Es el perfil mayoritario y, de hecho, el 22% de los alumnos de la UJI practica deporte dentro del propio campus, una tasa mucho más alta que la de otras universidades», reconoce Hernando. ¿La clave? El precio, que no puede ser más económico: 50 euros al año. Es el dinero que cuesta la tarjeta deportiva para los alumnos matriculados, que pueden hacer uso de las instalaciones durante el curso.

Deportistas de élite

Pocos son los alumnos que no han pisado alguna vez la piscina cubierta o las pistas de atletismo y hay algunos para los que estas instalaciones son su segunda casa. O quizás la primera. Se trata de los 300 universitarios que en los últimos veinte años han participado en el Programa de Deportsitas de Élite. Este curso han sido 59 en un total de 20 modalidades diferentes, entre ellas, atletismo, golf, taekwondo, balonmano, tenis, esgrima, hípica, espeleología, fútbol, kick boxing, natación, piragüismo, halterofilia, rugby o voleibol. Y de todos, más de la mitad (36 de 59) han recibieron una beca del Villarreal CF en el pasado curso 2017-2018.

Pero, sin duda, el gran cambio llegará con la implantación del grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. «La nueva titulación, sin duda, condicionará el futuro de estas instalaciones, que a partir de este momento tendrán un componente docente mucho más fuerte», argumenta del director del Servei d’Esports de la Jaume I.

La fecha de la puesta en marcha del grado sigue siendo una incógnita, aunque todo apunta a que podría estar en marcha el curso 2020-2021. De hecho, desde el equipo de Gobierno prácticamente se descarta que la nueva titulación pueda ofrecerse el próximo mes de septiembre. Lo que sí ha trascendido es que contará con 60 plazas de nuevo ingreso y estará vinculada a la facultad de Ciencias Humanas y Sociales, cuyas instalaciones se encuentran frente a la zona deportiva. Un nuevo grado que, cuando llegue, lo hará con el aval de tener las mejores instalaciones.