La campaña citrícola en Egipto está a punto de tocar a su fin y las noticias que llegan no son para nada positivas para Castellón. Los primeros indicios apuntan a un nivel de exportaciones de récord, lo que supone la confirmación de que este país se ha convertido, junto a Sudáfrica, en el principal competidor para los productores de la provincia.

A la espera de los datos oficiales del conjunto de la campaña, que publicará Eurostat en los próximos meses, en el sector citrícola de Castellón crece el desánimo porque las estadísticas disponibles (de enero y febrero) muestran un incremento de las importaciones comunitarias de cítricos del país de los faraones. También las recientes palabras del director del Departamento Central de Cuarentena Agrícola del Ministerio de Agricultura egipcio, Ahmed Attar, apuntan a un importante crecimiento de los envíos a la Unión Europea (UE), pues hasta finales de abril se habían exportado 1,2 millones de toneladas de cítricos.

RÁNKING AMENAZADO // En toda la campaña del 2018 se exportaron 1,65 millones (esa cifra ya fue un récord), con lo que la progresión apunta a otro aumento que pondría en peligro el primer puesto de España en el ránking de países exportadores, algo que los empresarios dan por descontado que ocurrirá más tarde o más temprano por la pujanza egipcia.

El secretario técnico de la Unió de Llauradors, Joanma Mesado, advirtió de la importancia de poner coto a las exportaciones sin control de terceros países. Y no solo porque Egipto o Sudáfrica produzcan «con estándares distintos a los de Castellón y la Comunitat tanto a nivel fitosanitario como laboral», sino también porque dificultan la apuesta de los agricultores valencianos por variedades que permitan adelantar y alargar la campaña. El caso de Egipto es ejemplificante, pues sus cítricos llegan sobre todo de marzo a junio, meses en los que la producción en la provincia es más ordenada que en la última parte del año, dominada por la clemenules, y en los que por tanto habría margen para apostar por variedades tardías. Pero, según Mesado, la «política comercial absolutamente irracional de la UE» dificulta esta reconversión, ya de por sí dificultosa para unos agricultores descapitalizados tras una mala campaña.

MÁS PRODUCCIÓN // El aumento de los envíos de Egipto al exterior va, lógicamente, ligado a un aumento de la producción. El delta del Nilo se ha convertido en los últimos años en una inmensa extensión de naranjos gracias a una política de instalación de regadío en más de 600.000 hectáreas desérticas conocida como Proyecto Toshka promovida por el Estado, que en paralelo forzó para devaluar su moneda y facilitar así las exportaciones.