La pandemia ha provocado la reducción de la actividad en muchos sectores económicos de la provincia de Castellón, aunque no ha sido el caso del Banco de Alimentos, que ha sufrido el efecto contrario. El incremento de la necesidad y, por lo tanto, de la demanda ha llevado a la entidad a aumentar en un 42% los productos dirigidos a familias sin recursos y entidades de reparto.

Esto en cifras absolutas supone un crecimiento de 300.000 kilos procesados, situándose en estos momentos el balance de la entidad benéfica en cerca de un millón de kilos distribuidos, frente a los 700.000 que registraban a estas alturas en el 2019.

Una situación que, según comenta el presidente de la entidad, Santiago Miralles, les está «desbordando» y prevén que la situación empeore a lo largo de este trimestre, que vaticinan que será «fatal».

«Con el confinamiento, los beneficiarios aumentaron considerablemente con respecto al año anterior, debido a que muchas personas quedaron en ERTE, con lo que conlleva, así como muchas otras sin prestación», comentan desde la organización.

No obstante, su labor ha seguido adelante para atender a las familias en la sede de Castelló, tras una valoración previa de la trabajadora social, en coordinación con el Ayuntamiento de la ciudad.

Actualmente ayudan a las familias con la entrega de vales o tarjetas económicas de varias cadenas de alimentación, que compran con el dinero recaudado a través de las donaciones, tanto de empresas como de particulares.

Campaña de recaudación

Y es que, una de las campañas más significativas para la recolección de productos o fondos es la conocida como La Gran Recogida, que cada año se celebra durante el mes de noviembre. Para entonces, voluntarios ataviados con el característico chaleco azul visitan establecimientos de alimentación para solicitar la colaboración ciudadana, siempre con una buena acogida.

Ahora bien, este año el funcionamiento será diferente a causa de la pandemia y, por seguridad sanitaria, se podrán aportar del 20 al 22 de noviembre los fondos que se deseen directamente en las cajas de los comercios, para evitar así la manipulación directa de los alimentos y el contacto.