Tensión y muchos nervios. Ese es el ambiente que se respiraba ayer por los concurridos pasillos de la facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universitat Jaume I (UJI). No en vano, el martes se dio el pistoletazo de salida a la convocatoria extraordinaria de las pruebas de acceso a la universidad, que permitirá dilucidar el futuro académico de 484 alumnos de la provincia.

Pese a que la mayoría de estudiantes se mostraban optimistas cara a los exámenes, los nervios iban aflorando de forma inevitable a medida que se acercaba la hora de comienzo. “La suerte está echada. ¡Sí se puede!”, repetían muchos alumnos antes de ingresar en el aula para darse ánimos.

Sus codiciadas carreras de Medicina, Periodismo o Arquitectura serán posibles en función de la nota que obtengan en estas pruebas definitorias. “Todo el trabajo de dos cursos de Bachiller para jugársela en tres días a una carta. Hay mucha presión”, exclamaba una alumna tras finalizar el primer control de la jornada.

Y es que, más allá de la dificultad que pueda entrañar el carrusel de exámenes, los estudiantes manifestaron su incertidumbre sobre qué les ocurriría en caso de no superar esta repesca de julio que tienen por delante. La entrada en vigor de la reválida de Bachillerato para el próximo curso en detrimento de la saliente selectividad no está exenta de incógnitas y los alumnos que ayer se examinaban evidenci-aron esas dudas. “Si suspendo, no sé qué tendré que hacer el año que viene”, confesaba otro alumno mientras apuraba los minutos del descanso para repasar el siguiente examen del día.

cOMENTARIO DE TEXTO // La primera prueba de esta convocatoria postrera de julio fue la de castellano. Como es habitual en la disposición de este tipo de formato, los alumnos tenían la posibilidad de escoger una de las dos opciones que les ofrecía el examen. Común a ambas modalidades y de realización obligatoria siempre se erige el comentario de texto, el cual correspondía en esta ocasión a un artículo de opinión sobre los ataques terroristas acaecidos en París el pasado mes de noviembre.

Después de esta jornada inicial, a los alumnos les espera dos días más de desasosiego y de nervios a flor de piel. Tienen en su mano estudiar la carrera con la que siempre soñaron, pero para ello necesitan aprobar una selectividad que está a punto de jubilarse. Un último servicio del que los alumnos esperan despedirse con buen sabor de boca. H