Los senderistas y deportistas fueron los que ayer más pudieron disfrutar de la nieve en el parque natural del Desert de les Palmes en Benicàssim. A diferencia de la jornada anterior, en la que se registró la nevada y en la que los copos cayeron copiosamente a escasos 400 metros del mar, cubriendo de blanco gran parte de las montañas del paraje, la nieve estaba más alta. Y solo los más atrevidos pudieron verla in situ.

Los caminos de acceso a las antenas de Santa Águeda y al Bartolo sí estaban blancos, aunque la senda estaba cubierta de hielo dejando un suelo extremadamente deslizante.

Durante la mañana fue habitual ver a senderistas y ciclistas disfrutando de la naturaleza y de una estampa que pocas veces se ve a escasos kilómetros del Mediterráneo. Cada vez que nieva en este gran parque natural con extraordinarias vistas al mar se convierte en todo un acontecimiento, atrayendo a numerosos vecinos que quieren ser testigos de la nevada, tirarse bolas y fotografiar la estampa desde sus teléfonos móviles. También muchos se acercaron ayer hasta el mirador o el monasterio, como fue el caso de la alcaldesa, Susana Marqués. De todos modos, los copos que cayeron el martes en estas zonas más transitadas no cuajaron ayer.

Y es que el martes ya apareció por la mañana el Bartolo un poco nevado. Pero fue por la tarde, justo antes del anochecer, cuando comenzó a llover y, con las bajas temperaturas registradas, el agua se convirtió en nieve. Unos pocos que subieron rápidamente hasta el paraje pudieron disfrutar de la nevada desde el mirador, como reflejó ayer este periódico en sus fotografías del Desert.