El bajo nivel de idiomas es el principal hándicap de los estudiantes de la Universitat Jaume I (UJI) a la hora de aspirar a una de las 1.002 plazas Erasmus+ abiertas hasta el próximo día 20. Y es que la Comisión Europea ha endurecido en los últimos dos años los requisitos para acceder al programa de movilidad, tanto de grado como de máster, que se sitúan, como mínimo, en un B1, aunque “hay universidades de destino, sobre todo las de Reino Unido o Alemania, de las más demandadas, que llegan a exigir un C1”, según Margarita Gonell, técnica superior de la Oficina de Relacions Internacionals (ORI) de la Jaume I y encargada de las charlas informativas que ayer finalizaron en Ciències Experimentals, con la participación de casi un centenar de estudiantes. “Para los alumnos es positivo cara a conocer otros planes de estudio, otras realidades sociales, y, después, cara a una mejor empleabilidad”, informa.

“Es una de las primeras preguntas y de las principales quejas. Antes se pedía un nivel básico para que se fueran más alumnos, pero ahora se prima la calidad”, señala Gonell. “Si en una universidad británica, por ejemplo, quieren acceder 100 alumnos y hay 10 plazas, se irán los mejores, los que puedan seguir el ritmo de las clases”, dice la responsable.

Pasa lo mismo que en otras convocatorias, como las de Asia, donde no ha viajado nadie este curso, principalmente por el requisito lingüístico. Para el próximo curso, la UJI acaba de presentar su oferta, con 1.002 plazas en 28 países, el triple de las 335 que se lanzaron en el curso 2006/7. El pasado curso se fueron 198. Si este año se repitieran estas cifras, solo se cubrirían una de cada cinco. “Los alumnos no cumplen los requisitos lingüísticos y por tanto, no se cubren las plazas”, explica la técnica superior. No obstante, “la voluntad de la UJI es abrir el abanico de países para que los alumnos puedan elegir”. Destaca, además, que cuatro países, Francia (16,4%), Alemania (14,9), Reino Unido (13,4%) e Italia (6%), se reparten la mitad de solicitudes.

Y la UJI les da facilidades para esa acreditación lingüística, con cursos propios, de Cambridge, on line, intensivos, para acortar las distancias con el nivel de Europa.

De hecho, la vicerrectora de Relacions Internacionals, Inmaculada Fortanet, explicó que el plan de plurilingüismo tiene como objetivos “conseguir la implicación de la comunidad universitaria en el multilingüismo, crear itinerarios y cursos adaptados al estudiantado y avanzar hacia un equilibrio en la docencia en castellano, valenciano e inglés”, así como incentivar la acreditación.

LA CUANTÍA // La beca es otra de las cosas que más mira el alumnado, y que varía según el destino. Si uno se va a Polonia o Rumanía, le corresponde 200 € al mes; a Alemania, Portugal, Bélgica o Turquía, 250; y 300 si viaja a Reino Unido, Francia, Irlanda, Italia o Suecia. “El nivel de vida no es el mismo”, señala Gonell. Esta cantidad, además, suma 100 euros más para los becados por el Ministerio por la renta, “para que puedan salir todos”. H