«Está dejado de la mano de Dios». Así resume la situación de la mayor parte de la masa forestal de Castellón un propietario de la localidad de Fuentes de Ayódar. Jairo Gil destaca las dificultades por las que pasan los titulares de estos terrenos. «No tenemos recursos para limpiar los montes, están llenos de maleza y son intransitables», añade.

En su caso, se trata de una superficie formada por pinar, a la que se une una doble circunstancia. Por un lado, es uno de tantos jóvenes que abandonaron sus pueblos para ganarse la vida en ciudades más grandes en busca de estabilidad laboral, a lo que se une un incendio ocurrido en 1994. «Hasta ese momento se explotaba la madera, pero los árboles de ahora son demasiado jóvenes», dice, para hallar una salida comercial y un modo de vida.

La mayor parte de terreno está en manos privadas, aunque Gil comenta que la extensión propiedad de las administraciones públicas «se encuentra en una situación muy parecida».