En el mundo de los tatuajes hay dos tipos de clientes. Los que llevan uno, dos o a lo sumo tres, y los que los coleccionan. Los primeros son la mayoría. “Entran todo tipo de personas, desde madres que nos piden que les tatuemos el nombre de sus hijos, hijos que quieren el nombre de sus madres o abuelos ya fallecidos... el abanico es muy amplio”, resumen desde el Estudio Acero y Piel.

Aunque cada persona es un mundo y tiene sus gustos y el tatuador intenta que su diseño sea único, triunfan dibujos del infinito. “Hace tiempo eran las estrellas, hoy lo mayoritario son los infinitos”, destacan desde el mismo estudio. “Flores, duendes, hadas... son algunos de los dibujos más solicitados”, resume Estrella Iglesias.

Tatuarse el nombre de un ser querido sigue estando de moda, pero los profesionales del dibujo desaconsejan siempre grabarse el de la pareja. “Por muy enamorado que uno esté , advertimos de que algún día el amor puede acabarse y la broma puede salir cara”.

Infinitos, duendes... y también dibujos cien por cien de Castellón. En Vila-real se han hinchado a dibujar sobre la piel el escudo del equipo amarillo. “También hubo una clienta que me pidió un espermatozoide en la ingle”, cuenta Estrella Iglesias a modo de curiosidad.

El tatuaje ya no conoce de clases sociales y tampoco de edad. Es cierto que el grueso de quienes tintan su piel son jóvenes de entre 20 y 30 años, pero quienes se tatuan más allá de los 40 son cada vez más numerosos. “Incluso tenemos clientes de 50 ó más”, apuntan. H