Desde que se inició el estado de alarma, los autocares de Azahar están parados en las cocheras. «Marzo, abril, mayo y junio era nuestra temporada alta y se nos ha ido al carajo. Es como si en un hotel en agosto no llevaras gente. Un 8 de mayo no te imaginas la de faena que habría en la oficina y los autocares entrando y saliendo», explica Lorena Castillo, hija del propietario de Autocares Azahar.

«Hasta el día 22 de juniono se puede abandonar la provincia, con lo que no podemos ejercer nuestro trabajo», explica Lorena, que añade: «Trabajamos con escolares. Si no pasa nada, hasta septiembre no vamos a tener la mínima opción de hacer la línea, y aparte están las excursiones. Hacíamos transporte de colegios, bodas, despedidas, llevábamos a familias al puerto, a aeropuertos, traíamos extranjeros de Praga y Alemania, intercambios con alumnos de Nyons...».

Pese a no ingresar un euro, deben seguir pagando cada mes los leasings de los autocares. Cada uno supera los 2.000 y ellos tienen cuatro. «Lo único que pedimos es que se paralicen los leasings porque no tenemos dinero», señala. Su padre fundó la empresa en 1990 y la sacó adelante a base de esfuerzo y empeño, siempre a bordo de su Pegaso, un día en Galicia y otro en Andalucía, restando horas a su familia, sacrificando paellas dominicales... Todo por dar un futuro a sus hijos, enturbiado ahora por el coronavirus.