Las tascas deberán colocar veladores pegados a la fachada --similares a los de la imagen central-- para que sus clientes puedan beber en la calle, tal y como ocurre ahora en las terrazas. Esa será la solución que adoptará el Ayuntamiento de Castellón para salvar la sentencia del TSJCV que prohíbe consumir bebida en el exterior al incumplir la ley de drogodependencias del Consell.

Para ello incluirá una autorización expresa en la ordenanza municipal de ocupación de la vía pública que aprobó el pleno el 27 de abril y que aún está en fase de alegaciones. Será una mesa auxiliar de 30 centímetros de ancho, con un pie, anexa a la fachada.

El alcalde y el concejal de Sostenibilidad no tomaron la decisión hasta última hora del pasado jueves tras consultarlo con el gabinete jurídico, que es quien ha pergeñado esta fórmula legal. El edil Gonzalo Romero decidió a principios de semana aplazar el fin de la ley seca hasta que no hubiera una decisión firme para extremar la prudencia. Romero y Alfonso Bataller están convencidos de que la Asociación Castelló Sense Soroll mantendrá el pulso en los tribunales hasta lograr el objetivo de que no haya un alma en las calles Barracas e Isaac Peral más allá de las 22.00 horas de la noche. Romero insistió en que “desde el Ayuntamiento de Castellón estamos trabajando desde el minuto cero para dar una solución a esta situación generada en las tascas y conciliar el descanso de los vecinos con el ocio”. El edil recordó las medidas ya impulsadas en este sentido como “el incremento de la limpieza en la zona y la vigilancia policial, así como la restricción horaria y de licencias de actividad en la zona”, acciones incluidas en la declaración de zona acústicamente saturada (ZAS).

Romero también confirmó que en los próximos días se interpondrá un recurso de casación ante el Tribunal Supremo contra el auto del juez que anuló el artículo 26 de la ordenanza de convivencia ciudadana y que dio pie a la delicada situación actual. El consistorio es consciente de que las probabilidades de éxito del recurso son ínfimas pero, al menos, permitirá ganar tiempo al paralizar la ejecución de la sentencia.

En las tascas, ayer la afluencia de clientes fue algo inferior a lo habitual un viernes. Los hosteleros desplegaron los toldos fonoabsorbentes instalados recientemente. El propietario de la tasca El Mejillón, Pedro Navarro, expresó su esperanza en que la vía administrativa alternativa surta efecto. “No tenemos más remedio que esperar porque no podemos hacer otra cosa, al fin y al cabo todos los negocios hosteleros tienen mesas y sillas fuera, no sé por qué nosotros no podemos también”.

El dueño de la Tasca Ernesto, Ernesto Bou, insistió en que los denunciantes solo pretenden sacar más rentabilidad al párking de la zona. H