El senador por Castellón de Compromís, Carles Mulet, denunció ayer que el Gobierno central deriva a las autonomías la competencia de obligar a los respectivos obispados a que retiren la simbología franquista de los templos religiosos. En muchos municipios, según Mulet, las placas de exaltación del fraquismo «están ubicadas en las paredes de sus templos religiosos, por lo que la alcaldía se ve incapacitada para retirar estos símbolos. En otros casos, se lo ha comunicado al párroco sin éxito o ni siquiera se han atrevido a solicitar la retirada».

Además, añade que la obligación de la normativa vigente hacia las administraciones públicas les insta a tomar medidas oportunas para su cumplimiento. «Esta legislación no afecta a la Iglesia, pero pensamos que el mantenimiento de estas placas en los templos atenta gravemente contra la memoria democrática», afirma. «La Iglesia, como titular de estos inmuebles, debe conciliar fe y razón», agrega el senador, quien recuerda que aún existen estos símbolos en Vila-real, Almassora, Llucena del Cid, El Toro, Cinctorres o Villahermosa del Río.

«La titularidad de estos templos religiosos no puede ser una excusa para perpetuar la ilegalidad», finaliza el senador de Compromís Mulet.