Nueva cara en la presidencia de Aena pero no cambian las reivindicaciones. De hecho, se refuerzan. El consejo de administración de la empresa pública, celebrado ayer en el aeropuerto, confirmó el cambio en la dirección que ya dio a conocer Mediterráneo la semana pasada, de Francesc Colomer a Arcadi España, quien indicó que «una de las primeras cosas» que va a hacer será reunirse con el presidente de Aena, Maurici Lucena, para pedirle que asuma la gestión del recinto y que dé su aprobación a la consideración de la ruta aérea entre Castellón y Madrid como una Obligación de Servicio Público (OSP).

«Son prioridades fundamentales. En la anterior etapa ya se hicieron esas reivindicaciones y vamos a continuar trabajando en ellas», manifestó el conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Territorio y nuevo presidente de Aerocas. «Después de la reunión ya plantearemos los distintos escenarios», manifestó.

Desde la Generalitat se justificó el cambio de Colomer a España en el hecho de que tiene más lógica que el recinto dependa del departamento de Obras Públicas que del de Turismo. «Vamos a centrar la gestión hacia el aeropuerto en tres aspectos: continuidad, impulso y diversificación de la actividad», indicó España.

El president de la Generalitat, Ximo Puig, también se refirió desde la inauguración de Qualicer a esta infraestructura, que quiere que sea un «polo logístico» a imagen del puerto de Castellón. Por ello, más allá de su uso turístico, para Puig el aeropuerto «es un medio, no es un fin en sí mismo, por lo tanto el gran objetivo es que ayude a la economía y a la creación de puestos de trabajo».

Por su parte, Vicent Soler, presidente de la junta de accionistas de Aerocas, afirmó que el Consell «ha llevado a cabo una inmejorable estrategia de saneamiento» de la empresa púbica, «que ha posibilitado que en los últimos cuatro años se rebaje en aproximadamente un 90% la deuda de 222 millones de euros que arrastraba». «El Botànic se encontró con una sociedad que estaba en causa de disolución y que presentaba unas cuentas ficticias sobre las cuales los auditores ni siquiera emitían opinión», recordó