El Centro de Transfusiones de Castellón ha dejado de ser reserva de componentes sanguíneos. Su banco de sangre se desplaza a Valencia, desde donde se distribuirá a los centros sanitarios de la provincia. Esta nueva ruta de la sangre ha provocado un torrente de opiniones enfrentadas y mientras unos claman al cielo otros esperan que la sangre no llegue al río y apuntan a que Castellón pierde un banco y gana cinco, ya que los hospitales de la provincia cobrarán peso como almacenes de reserva. Hoy la sangre donada cambia su ruta, pero no su punto de partida --la solidaridad del donante-- ni su destino final: seguir salvando vidas.