El turista extranjero vuelve a mirar a Castellón para comprar una segunda residencia en la que pasar sus vacaciones, y los datos que manejan tanto los hoteles como los cámpings revelan que este verano la presencia de viajeros foráneos podría volver a crecer. Un ejemplo. Hasta junio, los establecimientos hoteleros de la provincia han registrado 88.384 viajeros extranjeros, una cifra ligeramente superior a la del mismo periodo del año pasado, cuando fueron 87.776. Y la estadística que manejan los cámpings todavía es mejor: 43.194 turistas internacionales, un 16% más.

Pero una cosa son los turistas que se alojan en hoteles, apartamentos o campings o casas rurales y otra los que llegan a Castellón y se quedan en segundas residencias o en viviendas de amigos o familiares. En todo el año pasado sumaron en la provincia 614.958 visitantes, 95.000 más que un año antes, según las cifras que maneja la Agència Valenciana de Turisme (AVT).

El crecimiento respecto al año anterior fue del 15,5%, pues en el 2016 la llegada de turistas extranjeros se situó en Castellón en 519.733 llegadas, lo que ya supuso una cifra nunca antes alcanzada. Este logro se cimentó en una buena temporada alta --de julio a septiembre llegaron más de la mitad de los viajeros-- y también en un sprint final muy positivo para la provincia, pues logró atraer a 86.141 extranjeros en los tres últimos meses del año, lo que supone un aumento del 35%.

Pero, ¿cuánto gastan los extranjeros que pasan sus vacaciones en Castellón? Los casi 615.000 visitantes foráneos se gastaron prácticamente 511 millones de euros (a una media de 831 euros por persona), una cantidad que incluye tanto el coste del viaje (que se abona en el punto de origen pero que repercute en las empresas provinciales), como el transporte hasta la provincia y, por supuesto, todo aquello que realicen durante su estancia en Castellón, desde compras a comidas.

Entre los mercados internacionales que más crecieron destaca el francés (+11,2%) y el inglés (+7,1%). Y, entre estos, y según los empresarios, se nota un incremento de ingleses que se trasladan a Castellón en automóvil. Los franceses, por cercanía, también optan mayoritariamente por el coche, por lo que los efectos del aeropuerto de Vilanova todavía son muy limitados. Más información en página 9. H