Su reincorporación al trabajo fue celebrada por sus compañeros con un cálido recibimiento. Jorge Bayona (Benicarló) es Policía Local en Vila-real. Tras ser consciente del contagio se aisló y con el negativo confirmado se incorporó de inmediato con el respaldo constante «tanto de la jefatura como de la corporación, que en todo momento, a diario, estuvieron pendientes» de su salud, dice agradecido.

Supo que era positivo el 5 de abril, tras varios días con síntomas leves. La respuesta fue inmediata. Se encerró en su dormitorio dejando al otro lado de la puerta a su mujer y sus dos hijas pequeñas. Al preguntarle cómo lo gestionó, lo resume en pocas palabras: «Las escuchas al otro lado, las oyes llorar... De todo, ha sido lo más complicado». Y es que con sintomatología leve, las consecuencias emocionales del covid-19 dejan huella en quienes lo han de superar, solos.

Reconoce que este es un virus tan contagioso como desconocido, porque nadie sabe las razones por las que unos se contagian y lo evidencian y otros no. «He estado durmiendo con mi mujer, conviviendo con mis hijas, y las tres están perfectamente», dice. Por eso entiende que las precauciones son imprescindibles. Volver a trabajar «genera respeto, más incluso que antes». Es consciente de que los policías se exponen especialmente, pero es su «trabajo».