La coportavoz de Compromís y futura vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, reivindicó la «lealtad» como el «valor más importante» que su partido ha aportado al gobierno valenciano en los últimos cuatro años. Este argumento, en el que Oltra se extendió largamente en la parte final de su discurso, evidencia que aspectos como el avance electoral, al que su formación se opuso, o la dureza de las negociaciones para formar el Botànic II, no están del todo olvidados, pese a lo que se mostró segura de que lo idóneo es «recorrer el camino juntos».

La dirigente de Compromís aseguró que para su partido la lealtad significa «cerrar filas siempre, cubrir espaldas siempre», aunque a veces sea con «un silencio, con los dientes bien apretados». Además, aseguró que ese valor también pasa por «hacer crecer el Botànic» a nivel municipal, y recordó al president Puig casos como los de Oliva o Sueca, donde el PSPV podría gobernar con el apoyo de otros partidos.

Aunque defendió la labor realizada en la legislatura anterior, Oltra, que intervino en el debate de investidura pese a que el síndic de Compromís es Fran Ferri, no desaprovechó la ocasión de marcar distancias con Puig a la hora de reivindicar la necesidad de que la Comunitat tenga un nuevo sistema de financiación. En este sentido, y ante el dilema de «ser reivindicativos o agachar la cabeza», aseguró que Compromís tiene «muy claro» que nadie les hará «bajar la cara».

Respecto a la acción de gobierno, destacó que su objetivo es que cuando un niño nazca en la Comunitat lo haga «en libertad», «crezca en igualdad», «ame a quien quiere y como quiera» y pueda «morir con dignidad».