El nuevo presidente de la Sociedad Española de Oncología y Radioterapia, Carlos Ferrer, quien también es director del Instituto Oncológico del Hospital Provincial de Castellón, ha afirmado este viernes que la donación de la Fundación Amancio Ortega de 320 millones de euros "nos ha sacado de una situación en la que estábamos al borde de la catástrofe y nos ha puesto en primera línea social".

Carlos Ferrer es desde esta semana el nuevo presidente de la Sociedad Española de Oncología y Radioterapia (SEOR).

El nuevo presidente se ha marcado entre sus principales objetivos trabajar para que la implantación en España de la protonterapia (utilización de haces de protones sobre los tejidos tumorales) sea un éxito, y para ello ha indicado que SEOR va a realizar un plan que muestre las patologías dónde "está indicado y dónde puede ser útil y bajo investigación".

Tras asegurar que la protonterapia es el "sueño de todos los oncólogos radioterápicos", Ferrer ha señalado que la sociedad científica que preside "definirá unos estándares mínimos para que las administraciones trabajen y faciliten su implantación".

Sobre la donación de 320 millones de euros realizada por la Fundación Amancio Ortega, ha señalado que ese gesto "ha marcado un antes y un después pues nos ha sacado de una situación en la que estábamos al borde de la catástrofe y nos ha puesto en primera línea social".

Los equipos de radioterapia que llegarán a los hospitales españoles gracias a la donación de la Fundación Amancio Ortega, permitirán, según Ferrer, "situar los estándares de calidad de la radioterapia en España por encima de muchos países europeos".

En su opinión, la Oncología Radioterápica "no ha sido nunca ni muy conocida ni muy valorada y esto está empezando a cambiar de una manera radical", ha señalado el nuevo presidente, que ha puesto como ejemplo el caso del último Congreso Nacional -celebrado la pasada semana en Santander-, con un millar de participantes.

Ha destacado también la creación de una estructura formativa de la SEOR en colaboración con la Universidad Francisco de Vitoria, que "nos ha dado una calidad global muy importante", aunque todavía persiste una situación de "inequidad en el mapa de radioterapia en España".