Opositores de Castellón piden a Educación que, en próximas convocatorias de oposiciones docentes, haya «un examen único igual para todos y para toda la Comunitat en cada una de las especialidades, como una selectividad», y que «no dependa del tribunal que a cada uno le toca».

En un año de cambios en las oposiciones, con más temarios a sacar de los bombos --entre tres y cinco según el área--, una nueva baremación, en la que la prueba de ayer cuenta un 60% y los méritos otro 40%, los aspirantes reclamaron un plus y que el examen sea el mismo en Castellón que en Alicante o València.

Ayer, en Castellón, fueron 2.171 los aspirantes, 745 para Primaria, 712 personas para Infantil, 205 de Inglés, 171 de Audición y Lenguaje, 145 de Pedagogía Terapéutica, 121 de Educación Física y 73 de Música, en 31 tribunales de seis institutos.

CUATRO BOLAS EN CADA AULA

«Según el tribunal te toca un temario u otro», explica Elena Urquizu. Por ejemplo, en el tribunal C9 de Primaria del IES Ribalta de Castellón, uno de los 10 que acoge el centro, se extraen cuatro bolas (de 25, una más que en las pasadas convocatorias) que decidirán el futuro de los cerca de 80 aspirantes a una de las 975 plazas que hay en el aula: 12, 14, 24 y 25. En el aula de al lado, la 3, 9, 13 y 25… Hay que elegir una propuesta y desarrollarla. No hay límite de extensión, sí de tiempo, con dos horas máximas.

Una de ellas, Carola Fresquet, de Vila-real, salió del examen «contenta», a la expectativa de ver «cuándo es la lectura y defensa presencial de las respuestas», buscándose en los grandes paneles informativos del vestíbulo del Ribalta, segundo paso que, hasta mañana por la tarde, mantiene en modo oposición a los 2.171 graduados en Magisterio que eligieron Castellón para hacer la prueba, desde toda la Comunitat (también hubo castellonenses inscritos en València y Alicante). «Debería ser más igualitario, como en la selectividad, porque si no, se tiene más o menos suerte según el tribunal que te toca», señala Lucía Cortés, de Castellón, apoyada por Claudia Usó. «Si vas muy preparado, da igual, pero sería mejor una prueba única para cada área», señala Óscar Fuentes, de Vall d’Alba. «Y lo mismo para el caso práctico, así sería una evaluación más homogénea », dice Raquel Vaño, de Castellón.

Con una media de edad de unos 25 a 30 años, los opositores encararon la prueba «con nervios y rezando para que saliera un tema para sacar un 10», coincidieron. Muchos de ellos, más de la mitad, son interinos que buscan un puesto fijo en una bolsa que, según el conseller de Educación, Vicent Marzà, «se estabilizará con esta convocatoria y con las otras dos que la sucederán hasta el 2020, hasta sumar 13.000 plazas nuevas en todas las etapas». «Sé que no será mi primera oposición porque no tengo experiencia docente y los méritos suman un 40%, pero voy igual a por todas», señaló Marta García, recién graduada en la Jaume I.