Pablo Molina, nuevo delegado provincial de caza en Castellón, defiende la necesidad de que la administración agilice las autorizaciones para combatir las plagas. Advierte de la superpoblación de jabalís, conejos, corzos y urracas. Defiende la necesidad de hacer llegar a la opinión pública la función social del cazador, aliado contra la despoblación.

¿Cuáles son sus objetivos al frente de la delegación provincial para este mandato?

La Delegación provincial tiene como misión defender los intereses de los cazadores frente a la Administración competente y difundir las bondades, que son muchas, de la actividad cinegética. Uno de los objetivos durante este mandato es, precisamente, llegar a la opinión pública para que nos conozca de verdad, comprenda y valore todo lo que hacemos en beneficio de la fauna y el ecosistema y no haya tantos prejuicios hacia nuestro colectivo. En definitiva, mostrar todo el trabajo que realizan los 188 clubes de nuestra provincia en los montes castellonenses durante todo el año, y que disfrutamos todos.

Por otro lado, trabajaremos para que la Administración tenga en cuenta las necesidades del colectivo y se pueda poner solución a las problemáticas que nos afectan actualmente como el aumento de la presencia de de corzo, jabalí y cabra en determinadas zonas del territorio así como de otras especies de caza menor como el conejo o la urraca, repartidas de manera desigual por la provincia y donde hay zonas en las que provocan graves daños en los cultivos y accidentes en las carreteras. Así, seguiremos trabajando de la mano con los agricultores de las zonas afectadas para mejorar el rendimiento económico de sus producciones y evitar que sus cultivos se pierdan.

Actualmente, ¿cuántos cazadores federados tiene la provincia?

En la actualidad, la provincia de Castellón cuenta con más de 12.000 federados. Además, el año 2019 ha terminado con un repunte en el sector femenino, que se va abriendo paso en el mundo cinegético y alcanzado un mayor protagonismo pues ya son 115 mujeres federadas en la provincia.

La superpoblación de especies, como el jabalí, el conejo o la cabra, ¿preocupa? ¿Por qué?

Si hablamos de las principales especies de caza mayor presentes en Castellón, se puede decir que efectivamente se ha producido un aumento desmesurado de la presencia del jabalí, conejo y cabra en determinadas zonas del territorio. Esta sobrepoblación, además de alterar el ecosistema, provoca graves daños en los cultivos, a la fauna y accidentes en las carreteras, además de que pueden ser transmisores de enfermedades.

En el caso concreto del jabalí, que se desplaza de su hábitat natural a otras zonas en busca de alimento y refugio, la Administración es consciente de la problemática y se ha visto obligada a ajustar la orden general de vedas, ampliando los periodos para su control esta temporada. Los ganchos y batidas continuarán hasta el 29 de febrero mientras que en espera se puede cazar durante todo el año.

Pero, además, podemos hablar de otras especies como la urraca, cuya población está actualmente descontrolada. Incluso se puede calificar de plaga en zonas como la Comarca de la Plana Baixa, donde el número de capturas en los últimos años ha llegado a quintuplicarse.

¿Creen que deberían agilizarse las autorizaciones?

Si, es totalmente necesario. La rápida respuesta de la administración para autorizar la actuación de los cazadores, es vital para reducir los daños que estas especies provocan y, por desgracia, esta demora puede ser de hasta 3 y 4 meses. El tiempo de respuesta es clave.

Es necesario que, de la misma manera que ya existe un protocolo definido que permite actuar rápidamente para frenar la sobrepoblación de conejo de monte en la Comunidad Valenciana, se elaboren unas bases que agilicen las autorizaciones frente a los daños que produzcan otras especies como pueden ser el jabalí, la cabra o el corzo, igualmente dañinas en los cultivos de la provincia.

¿Qué le pediría al nuevo gobierno estatal en materia de caza? ¿Le preocupa que entorpezcan la práctica cinegética?

Con gran esfuerzo, estamos trabajando para que las autoridades tengan en cuenta a nuestro colectivo y se valore la labor que realizamos como parte esencial del medio rural.

Ante la nueva etapa política que se presenta en nuestro país, pedimos a los legisladores que no nos dejen de lado y vean todas las bondades y todas las inversiones en mejoras en el monte que hace nuestro colectivo cada año. Igual que se lo hemos hecho ver en los últimos meses a los europarlamentarios, pues es allí donde se aprueban el 80% de las leyes que luego deben aplicar los diferentes países.

Bien es cierto que cada vez más, la administración es consciente de todos los problemas que hemos comentado anteriormente de sobrepoblación, accidentes o daños a la agricultura y está ajustando las órdenes de veda a las necesidades actuales, pero aún queda mucho camino por recorrer.

¿Qué función social realizan los cazadores? ¿Creen que existe conciencia sobre esta labor o que debería potenciarse?

La función social del cazador es muy amplia, desde la colocación de puntos artificiales de agua, hasta la recuperación de cultivos o labores de desbroce para prevención de incendios, que se realizan, además, de manera altruista y con sus propios recursos. La actividad cinegética y todo lo que implica es una gran desconocida para la gente que vive en las ciudades y esto debería potenciarse para que la opinión pública conozca que los cazadores somos los primeros que cuidamos el monte. Porque si el monte no goza de buena salud, no hay caza.

¿La práctica cinegética puede convertirse en un aliado contra la despoblación? ¿Cómo podría incentivarse?

La práctica cinegética ya es un aliado contra la despoblación. La caza es economía y desarrollo y fija la población rural ya que en estas zonas, la inversión de los cazadores en el sector de la hostelería, entre otros, ayuda a mantener la economía de los residentes de estas zonas.

¿Sabe si hay colectivos empresariales que quieren impulsar en la provincia el turismo cinegético?

Aunque la caza social es la que predomina en la provincia, es cierto que el turismo cinegético se está abriendo camino, sobretodo, en el norte de Castellón. El cazador aficionado sabe que en Castellón podrá practicar esta actividad complementándola con otras experiencias de índole natural, gastronómica o patrimonial y esto hace especial nuestra provincia.

En cuanto al ámbito de competiciones ¿cuántas van a desarrollar este 2020? ¿Qué destacaría?

Durante este año está previsto que se desarrollen alrededor de 15 pruebas, repartidas por toda la provincia y durante todo el año. La modalidad de caza menor con perro, sigue siendo la reina en nuestra provincia aunque otras como Compak Sporting o Recorridos de Caza, van en aumento con el paso de los años. Próximamente celebraremos la cuarta edición del Campeonato de Perdiz con Reclamo, recuperado recientemente y que contamos será todo un éxito.

A nivel de futuras generaciones ¿qué actividades prevén desarrollar?

La implicación de los más jóvenes en el sector cinegético, es uno de los principales objetivos de la Delegación Territorial de Castellón. Por este motivo, y a través de la Escuela de Caza y la Naturaleza con la que cuenta la Federación de Caza, realizamos numerosas actividades durante todo el año por toda la provincia. Desde los campus de verano, que este año cumplen su 5º edición y ya se han realizado en localidades como La Llosa, Alfondeguilla, Borriol, Almassora o Vall d’Alba, entre otros, hasta la participación en ferias locales y eventos en los que los más pequeños tienen la opción de conocer el mundo de la caza a través de la cetrería, talleres de huellas, tiro con arco, realización de cajas nido, y muchas más actividades en los que la naturaleza de nuestros montes es la protagonista.