El presidente del Grupo Pamesa, Fernando Roig, prevé que la empresa que dirige cierre el año con un crecimiento de entre el 12% y el 15%, unas cifras mucho más altas que las del conjunto del sector azulejero castellonense que le permiten mantenerse como el séptimo productor mundial de baldosas cerámicas. Con estos datos sobre la mesa de un despacho austero y presidido por varios cuadros, entre ellos uno del escudo del Villarreal CF pintado por su nieta, Roig desgrana la actualidad cerámica haciendo énfasis en los desafíos que se avecinan, pero también las oportunidades.

--¿Cómo ve la coyuntura del sector cerámico en la actualidad?

--Hay una competencia creciente en todo el mundo. En los países emergentes se está fabricando cada vez más cerámica, pero la industria española es muy competitiva y ha alcanzado cotas muy importantes de productividad. Hay que dar solución a los problemas vinculados con la energía y espero que la situación política no nos haga perder esta competitividad que ahora nos da una posición de ventaja respecto a los productores italianos, que son nuestro competidor europeo. En cuanto a otros países como India o China, tendremos que seguir compitiendo y lo tendremos difícil, en particular en los mercados que están más próximos a sus fábricas, por lo cual tenemos que volcarnos en Europa y Estados Unidos.

--Ha mencionado la coyuntura política. El año próximo, para el que la mayoría de analistas prevén una profundización de la desaceleración, España podría tener un gobierno de PSOE y Unidas Podemos. ¿Qué le pediría a este ejecutivo?

--Sobre todo, que sea un gobierno que deje trabajar a la iniciativa privada porque quienes creamos riqueza somos los empresarios. Los políticos lo que tienen que hacer es repartir bien esta riqueza para crear un nivel de bienestar social que permita a todos los ciudadanos vivir dentro de unos parámetros de confortabilidad.

--¿Cree que la entrada en el ejecutivo de Unidas Podemos es una amenaza para los empresarios?

--Las empresas estamos centradas en crear riqueza y empleo y en pagar impuestos, un aspecto en el que todo el mundo debe contribuir. A partir de aquí, la clase política debe ser capaz de redistribuir los ingresos y gastar lo menos posible en cosas secundarias.

--Volviendo al sector cerámico, en los últimos años hemos asistido a una concentración creciente y a la entrada de empresas y fondos extranjeros en el accionariado de las compañías de la provincia. ¿Cree que esto continuará? ¿Es bueno para el azulejo de Castellón?

--En los últimos meses este proceso se ha detenido un tanto, veremos cómo evoluciona porque muchas veces va por oleadas. Lo que sí creo que es bueno es concentrar. Ya sea a través de empresas extranjeras o españolas, las azulejeras tenemos que ser fuertes para competir en el mundo globalizado. Hay que ser más productivos y tener mejores estructuras comerciales, financieras y energéticas.

--¿Con qué previsiones prevé cerrar Pamesa el año 2019?

--Estaremos en un crecimiento de entre el 12% y el 15% con respecto al 2018 y obtendremos buenos ratios de beneficios. Será un buen año porque hemos incorporado nuevas fábricas y ello nos permitirá alcanzar una cifra próxima a los 85 millones de metros cuadrados de producción. Además, hemos consolidado todos nuestros centros logísticos, cubriéndolos para que todo el estoc esté protegido del sol y la lluvia, y además estamos centrados en poner en marcha la unidad productiva de Keramex, que es la última que hemos incorporado. A finales de año o principios del siguiente se pondrá en marcha un horno y durante el 2020 haremos lo propio con un segundo.

--A nivel de producción, ¿tienen calculado como repercutirá?

--La previsión es que el año que viene podemos situarnos alrededor de los 90 millones de metros cuadrados de producción.

--Uno de los hitos de la empresa este año es la creación de la planta solar fotovoltaica más grande de Europa. ¿Qué ahorro permitirá y en cuánto calculan el periodo de amortización?

--Efectivamente, la planta ya está en marcha. El autoconsumo nos permitirá un ahorro energético de entre 12 y 13 megavatios, que es muy importante. En la actualidad, la planta está al 60% de su capacidad, y espero que hacia finales de año ya funcione al 100%. Apostar por el autoconsumo puede ser interesante para las empresas porque la inversión queda amortizada en un periodo de entre cinco y seis años. Además, tras el gasto inicial no hay prácticamente mantenimiento.

--Siguiendo con las cuestiones energéticas, ¿cómo espera que se resuelva el conflicto de los peajes? ¿Teme que finalmente Competencia modere la rebaja planteada inicialmente?

--Es importantísimo bajar los peajes, pero no se lo que ocurrirá finalmente porque es una decisión que trasciende al sector. Eso sí, creo que las empresas distribuidoras son lo suficientemente rentables como para que si bajan los peajes puedan seguir dando beneficios pese a ganar algo menos de dinero. Para todos los consumidores industriales es clave una rebaja porque en la actualidad los costes son muy altos.

--Ya se ha referido de forma breve a los mercados más importantes para el azulejo, pero querría profundizar en varios de ellos. En el caso concreto de Estados Unidos, ¿cómo cree que evolucionará con los aranceles de Trump a las baldosas chinas?

--Es difícil saber hasta cuando se prolongarán las tasas a la importación de azulejos chinos porque son decisiones políticas que se nos escapan, pero es indudable que tenemos que estar preparados para poder consolidar nuestra presencia en el mercado estadounidense si persisten. Si se mantienen aranceles más importantes para el producto chino que para Europa, tanto mejor para nosotros.

--Siendo este mercado clave, ¿cree que en los próximos años veremos fábricas de azulejo españolas en este país?

--Los italianos lo han hecho y ha habido resultados para todos los gustos, con casos en los que ha ido bien y otros en los que no tanto. ¿Sería bueno? Yo creo que sí, pero también es cierto que los técnicos especialistas o las materias primas las tenemos más cerca en España. Nosotros estamos en Brasil y funcionamos bien, pero Estados Unidos es una aventura que ninguna compañía se ha atrevido todavía a emprender.

--El mercado británico ha tenido un crecimiento sorprendente en el último año, marcado por los rumores sobre el ‘brexit’. ¿Qué evolución puede tener?

--Cuando el brexit sea una realidad, pienso que pueden encarecerse los trámites para la exportación al Reino Unido y también puede producirse una ralentización de los procesos en aduanas. Esto afectará de forma muy especial a los productos perecedores, y en nuestro caso hay que esperar a ver si hay nuevos gravámenes o se mantiene el libre comercio.

--Por último, Europa. Con Alemania coqueteando con la recesión y una desaceleración cada vez más presente, ¿qué comportamiento espera del Viejo Continente el año 2020?

--Habrá que ver cómo evoluciona y seguir trabajando en el resto de los mercados, mejorando nuestra posición allá donde sea posible. En España, creo que si se siguen haciendo las cosas bien la construcción crecerá y quizá se den los ingredientes para que muchas personas que hasta ahora han optado por el alquiler puedan adquirir una vivienda. El futuro no es fácil, pero habrá que aprovechar las oportunidades.