La situación ya era preocupante por la demora acumulada en la burocracia judicial, pero la pandemia no ha hecho más que agravar esta realidad en la provincia de Castellón. Con el estallido del coronavirus quedaron sin celebrarse cerca de 3.000 juicios que ahora hay que volver a señalar, apostando en la medida de lo posible y siempre que lo considere el juez encargado, por las vistas telemáticas. La reapertura de las sedes judiciales generó en los primeros días largas colas por las restricciones de foro, que con el paso del tiempo se han ido mitigando.

De todos modos, tanto abogados como sindicatos consideran que falta mucho camino por recorrer para poder desatascar el embudo existente. Recalcan que todas las partes están implicadas al máximo en aligerar expedientes, resoluciones y trámites, pero reconocen que será muy complicado a corto y medio plazo, ya que la presencialidad resulta «fundamental» en muchos casos.

«Tenemos que reconocer que tanto la Conselleria como la judicatura y la Fiscalía estamos comprometidos en que se alcance cierto grado de normalidad y el colapso, que no acabará hasta que no se adopten medidas de fondo, se vaya reduciendo», dijo el decano del Colegio de Abogados de Castellón, Manuel Mata.

mediación // Ente las acciones a las que hace referencia Mata figuran el expediente judicial electrónico, la utilización de medios alternativos de solución de conflictos como es la mediación y el arbitraje

o también a medidas procesales que permitan agilizar los procesos. Justo el punto de la mediación resulta crucial para que las partes lleguen a un acuerdo y así evitar toda la burocracia judicial y lo que ella comporta. «También debe acometerse de una vez la instrucción de los procedimientos penales por Fiscalía con la supervisión de un juez de garantías», remarcó.