El sistema sanitario ha sufrido desde la explosión de la epidemia una metamorfosis total. Volcado durante semanas en atender a los enfermos de coronavirus, el aplanamiento de la curva ha reducido la tasa de hospitalizaciones y de entradas en UCI (ayer, solo 15 contagiados de Castellón permanecían en cuidados intensivos), lo que permite a los centros de salud y hospitales de la provincia empezar a pensar en una vuelta progresiva a la normalidad. Un regreso que, con todas las cautelas, podría comenzar a producirse en dos semanas. Y el desafío es mayúsculo. Por una parte, hay que seguir en alerta ante posibles rebrotes. Por otra, deben retomar la atención a los miles de pacientes a los que la epidemia ha dejado en un compás de espera. Porque si antes de decretar el estado de alarma la demora asistencial en Castellón ya era abultada, ahora lo es todavía más.

Que la pandemia ha pasado factura a las voluminosas listas de espera en la provincia es algo que empiezan a demostrar los últimos datos de la Conselleria de Sanidad. A finales del pasado mes de febrero, la demora media para una intervención quirúrgica en el departamento de salud de Castellón era de 125 días y había 3.488 pacientes en espera. A final de marzo, tan solo 15 jornadas después de decretar el estado de alarma, la cifra había subido a 138 días y 3.994 pacientes. Y en el área de Vinaròs o la Plana ha ocurrido exactamente lo mismo. En toda la provincia, y excluyendo el Hospital Provincial, los pacientes en espera han pasado de 6.017 a 6.671 (un 10% más). «Esos datos son solamente la punta del icerberg, porque hacen referencia al mes de marzo. Falta abril, con lo que es muy probable que la cifra se aproxime a los 8.000. Pero es que, además, lo peor está por venir, dado que en unos meses la atención primaria empezará a derivar pacientes que ahora están pendientes», aseguran a Mediterráneo varias fuentes sanitarias consultadas.

Sanidad es consciente de que, a medida que el sistema vaya cogiendo ritmo y empiece la incorporación progresiva de pacientes a la lista de espera, el tapón será mucho más grande, y ya están ultimando un plan para que los hospitales, centros de atención especializada y ambulatorios vayan regresando a la normalidad. Y uno de los primeros pasos, que podría empezar a materializarse en un par de semanas, es retomar las cirugías que no requieren permanencia en el hospital, como por ejemplo, una intervención de cataratas, donde solo en el área de salud de Castellón hay 820 pacientes en espera.

Aunque en un principio estaba previsto iniciar ya la desescalada en hospitales como el General de Castelló o el Comarcal de Vinaròs, la Conselleria de Sanidad no quiere dar ningún paso en falso. «De momento, seguimos atendiendo los casos urgentes, aunque estos empiezan a ser más numerosos. Hasta ahora, el paciente ha evitado al máximo ir a Urgencias y los enfermos que nos están llegando en los últimos días entran en peores condiciones», describen fuentes sanitarias.

Para empezar con esa nueva normalidad, que todas las fuentes sanitarias consultadas insisten en que será escalonada, la mayoría de los hospitales han empezado a habilitar quirófanos. Así, muchas zonas de operaciones o de endoscopias que en el mes de marzo reconvirtieron en UCI, están empezando a recuperarse para la actividad considerada ordinaria. «La idea es ir empezando cuando antes, tanto en actividad quirúrgica como en consultas externas, donde se está estudiando la posibilidad de ampliar las citas por la tarde para dar salida lo más rápidamente posible al tapón existente», explican las mismas fuentes consultadas.

TODAS LAS MANOS SON POCAS

Recuperación paulatina de las intervenciones, consultas externas por la tarde (siempre que sea posible se mantendrán las telefónicas), toma de temperatura a todos los pacientes que entren en los hospitales... ymantenimiento de todo el personal sanitario contratado para hacer frente al covid-19. «Sin medios humanos suficientes, la demora será interminable», reconoce un médico especialista de Castellón.

Y mientras la sanidad pública se prepara para la desescalada, la privada, con más de 90.000 asegurados en Castellón, ha tomado la delantera. El pasado lunes empezó a retomar la actividad ordinaria (han reanudado, por ejemplo, las operaciones de traumatología) y lo hizo extremando las medidas de precaución, como someter a una prueba PCR a todos aquellos pacientes que va a ser operados. Las consultas externas también van recuperando poco a poco músculo ahora.