El próximo día 12 de octubre, como ha sucedido en los últimos 13 años, los paranyers no podrán ir a practicar esta caza ancestral. Esta misma semana, como avanzó Mediterráneo, la Conselleria de Medio Ambiente ha dado al traste con la única esperanza que este colectivo tenía para encontrar un marco legal que les permita salir de la clandestinidad y poder recuperar la idiosincrasia de esta práctica cinegética con importantes componentes sociales y de convivencia.

El Gobierno autonómico ha desestimado los permisos requeridos por Apaval para realizar pruebas de campo en Vila-real, l’Alcora, Betxí y Ribesalbes, en la provincia. Unos trabajos que eran claves para poder homologar el llamado cesto malla y así capturar sin dar muerte al animal, ajustándose a lo que marca la legalidad y las directrices europeas.

acciones // Tras el varapalo del Consell, la asociación de paranyers Apaval ya ha anunciado que recurrirá a la vía judicial y se movilizará en la calle, además anima a los aficionados a acudir a los paranys para realizar muestreos de tordos para analizar la migración de esta especie y remitir los datos a entidades europeas.

Otro de los frentes que está abierto es el político. A pesar de que la consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrián, fue propuesta por el sector verde de Compromís, los dirigentes municipales de esta formación en los municipios de la provincia con gran arraigo del parany reclaman de forma urgente un marco legal para esta práctica cinegética y defienden la enorme tradición que lleva aparejada.