La recuperación laboral continúa a buen ritmo. En el último año el desempleado ha bajado en Castellón en 6.527 personas y el número de trabajadores inscritos en la Seguridad Social ha crecido en casi 8.000. Lo mejor es que la inmesa mayoría de los municipios de la provincia se benefician de la recuperación, hasta el punto de que el 80% de las 135 localidades han logrado rebajar sus cifras de paro durante los últimos doce meses. Y todo ello pese a la ausencia de nuevas leyes de impulso económico.

Castellón cerró el mes de septiembre con 47.491 desempleados, 6.500 menos que hace un año. Esa mejora de los datos tiñe de verde a 108 municipios de la provincia, aunque los mejores avances se dan en la ciudad de Castellón y en localidades como Vila-real, Burriana o Vinaròs.

La capital es, lógicamente, el municipio donde el desempleo más se ha reducido. En concreto, el paro ha caído en 1.477 personas, con un descenso del 9% que la deja con 16.131 desempleados (un tercio de todos los que hay en la provincia). Le sigue Vila-real que reduce su lista en 835 parados, un 18%, y se sitúa con 5.237. El tercer puesto es para Burriana, que presenta también un descenso del 18,6% (558 personas) y coloca su paro total en 2.998 vecinos. También presentan caídas muy significativas Almassora (-379 parados y un total de 2.368); Benicarló (-176) y la Vall d’Uixó. Onda y l’Alcora, los dos municipios azulejeros por excelencia, también tienen comportamientos positivos y en los últimos doce meses han bajao el desempleo en 416 y 166, respectivamente.

La cara son los municipios (la mayoría) que han conseguido reducir el paro y la cruz la representan aquellas localidades donde el desempleo sigue al alza o se mantiene estable, es decir, en los mismos niveles que hace un año. En Forcall, por ejemplo, hay dos personas más apuntadas al Servei Valencià d’Ocupació (Servef), las mismas que en la Pobla.

CONTRATOS VOLÁTILES // Pese a que los datos no son malos, los sindicatos insisten en que el mercado está atrapado en ciclos estacionales y sigue dependiendo de factores frágiles, como la inercia turística o el tirón de las campañas agrícolas. «La volatilidad contractual, la precariedad generalizada unida a la excesiva rotación de entrada y salida impide la estabilidad y aumenta los riesgos por falta de experiencia y nula formación preventiva», apunta Ana Mª García, secretaria de Empleo y Formación de CCOO-PV, que defiende la necesidad de relanzar la inversión pública y la reindustralización, además de una reforma fiscal fundamentada en la equidad. UGT-PV, por su parte, habla de una mejora cuantitativa, pero advierte que esta sigue lejos de ser lo suficientemente importante y sostenida como para doblegar el elevado número de personas desempleadas.

Mientras los sindicatos hacen hincapié en la precariedad, la patronal habla de avance y hacen alusión a la parálisis institucional. La CEOE reclama una estabilidad capaz de consolidar el proceso de crear empleo. H