La patronal estatal de empresarios citrícolas, el Comité de Gestión de Cítricos, da su propia versión de cómo se presenta la próxima campaña. Aunque fuentes del organismo reconocen que habrá una reducción de cosecha respecto a la pasada temporada (algo obvio después de que mucha de la fruta se quedase en el árbol, lo que dificulta la floración), señalan que no será en los porcentajes de los que hablan las organizaciones agrarias y que ayer recogió este diario.

De esta manera, las fuentes del CGC apuntan además que las previsiones sobre cómo van a funcionar los precios en base a estas estadísticas «oficiosas» y «propias» de los sindicatos agrarios (todavía falta más de un mes para que se conozca el aforo oficial de la Conselleria de Agricultura) «no son ajustadas». Por ello, califican los aumentos de precios (basados en las cifras de la Lonja de Cítricos de Valencia y que en el caso de la clemenules se sitúa en un 10,7%, al cotizarse entre 0,235 y 0,341 euros el kilo) de «especulaciones gratuitas».

Desde el Comité de Gestión de Cítricos recuerdan un informe de elaboración propia que apunta que la mayor o menor exportación no depende del tonelaje de la cosecha en la Comunitat.

Por ello, el presidente del CGC, Vicente Bordils, asegura: «Hacer recomendaciones a los agricultores sobre precios en julio o en agosto --en función de cálculos improvisados y sesgados-- es irresponsable, poco menos que un brindis al sol. Hacerlas en septiembre-octubre, una vez conocidos los aforos regionales, también puede ser aventurado porque dependen de la oferta y la demanda, y durante una campaña hay demasiados factores que incidirán sobre las cotizaciones».