Desde los días posteriores al episodio de fuertes lluvias que se registró en Peñíscola la pasada semana, los operarios de la Brigada de Obras trabajan intensamente para acondicionar los viales que, por la acumulación de agua o de sedimentos arrastrados por las riadas, quedaron intransitables. «Más de 15 viales resultaron afectados y se han priorizado los que soportan más tráfico, como la antigua carretera que une Peñíscola y Benicarló o la CV-140», explicó el jefe de la Brigada, Jesús Figuerola. «También hemos adecuado aquellos que cruzan barrancos y donde el agua había depositado gran cantidad de piedras, barro y residuos, como los caminos de Irta o de Santa Magdalena», dijo.

La primera actuación consistió en despejar las vías y allanarlas y «una vez estén todas transitables, se realizará un acondicionamiento óptimo para mejorar el firme, pero ahora es importante que se pueda acceder a las urbanizaciones», indicó Figuerola, «También se operó de forma preferente en viales donde hay explotaciones con animales, para que puedan ir a asistirles», agregó.

El jefe de la Brigada explicó que la situación más complicada se detectó en la rambla de Alcalà, pues «hay puntos donde la acumulación de agua llegó a una altura de 1,70 y 1,80 metros y hubo que habilitar vías alternativas para dar servicio a los vecinos».

Figuerola aprovechó para pedir «paciencia, porque son muchas las zonas dañadas y en distintos puntos de la población», desde el litoral sur a la zona norte hasta los aledaños de la vía del tren y varios viales del polígono, la carretera Pebret, la avenida dels Arborcers; los caminos Abellers, Mas d’en Joan, dels Sangres, Mas de la Garrotxa, Mas del Conill y de Càlig, además de los barrancos de Moles y Lacán.