Pese a que en el apartado sancionador los vendedores ilegales no asumen demasiadas consecuencias, los municipios costeros siguen actuando en la incautación de los productos que ponen a la venta, de los que requisan miles a lo largo de todo el verano.

Así, en Peñíscola, los agentes de la Policía Local han recogido este verano de las calles alrededor de 2.000 objetos cuya venta está prohibida, la mayoría de ellos falsificados. El año pasado, según fuentes municipales, la campaña veraniega se saldó con el decomisó de 8.000 productos.

Por su parte, en las intervenciones llevadas a cabo en Orpesa los policías se incautaron en el 2017 de 6.824 artículos, fruto de las más de 400 intervenciones relacionadas con la venta ambulante. En la localidad, según fuentes policiales, la mercancía se compone sobre todo de CD y DVD, juguetes, carteras, bolsos, cinturones, vestidos y bisutería.

En Alcossebre, en cambio, la política municipal en cuanto a la gestión del top manta no incluye decomisaciones, sino que con la presencia policial diaria evitan «que monten las paradas», señala la edila de Turismo, Alejandra Roca.