Los trabajadores de Castellón se jubilan cada vez más tarde. Apenas 5.047 jubilados de la provincia tienen 64 años o menos, una cifra que hace una década superaba los 6.500. Y a la par que aumenta la edad a la que los trabajadores empiezan a cobrar la pensión, crece la paga media que reciben los recién retirados. En Castellón alcanza los 1.200 euros al mes, una cantidad que cada vez está más cerca del sueldo medio, estimado en unos 1.300 euros.

Los 3.341 profesionales de la provincia que en los diez primeros meses de este año se han jubilado lo han hecho con una pensión media de 1.200,97 euros, 48 más que la que percibieron los 3.650 nuevos jubilados que se retiraron en el mismo periodo del año pasado, según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Y si se comparan las cifras de ahora con la de hace 14 años, las diferencias todavía son más abismales: en 2005 quienes en Castellón se jubilaron lo hicieron con una paga media de 632,16 euros. O lo que es lo mismo: casi la mitad que ahora.

Pero, ¿por qué la pensión de los nuevos jubilados en cada vez más alta? La clave de esas pensiones, que mucho expertos consideran de oro, es que quienes se retiran ahora acumulan una carrera de cotización más larga que la de sus predecesores en el sistema público y, también, mejores sueldos. Y las reformas de los últimos años todavía no han revertido esta tendencia. Han reducido la tasa de crecimiento de los nuevos pensionistas, pero los que entran en el sistema siguen cobrando mucho más que los que lo dejan por fallecimiento. Además, también se han notado los efectos de las prejubilaciones generosas (aplicadas, por ejemplo, en sectores como la banca) y que han tirado al alza de la pensión.

A esas mejores condiciones de retiro hay que añadir el impacto de las últimas subidas de las prestaciones. A principios de año entraba en vigor un real decreto que revalorizó las pensiones un 1,6%, además de incrementar en un 3% las mínimas y las no contributivas. Un conjunto de factores que explican porqué retirarse del mercado laboral y cobrar 1.200 euros es lo normal. «Sin duda, las claves están en que los que se retiran ahora pertenecen a una generación que percibió salarios aceptables y a las últimas revalorizaciones», insiste Evaristo Soto, secretario general de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO-PV.

Pero una cosa son las pensiones que reciben los recién jubilados y, otra y muy distinta, lo que ingresan la inmensa mayoría de los mayores de 65 años. En Castellón, la pensión media es de 990 euros, pero hay más de 16.700 jubilados que subsisten con menos de 600 euros al mes. Y un dato más: los ingresos de 12.212 ni siquiera llegan a los 450 euros. «No solo hay que poner el foco en las prestaciones medias o en las más altas, sino en las más bajas, en aquellas que ni siquiera llegan a los 600 euros y que provocan que quienes las perciben no puedan ni plantearse realizar algún viaje, pues no dan ni para llegar a final de mes», insiste Soto.

2019 es el año en el que la pensión de los nuevos jubilados supera los 1.200 euros al mes y también el ejercicio en que menos jubilados se incorporen al sistema. Entre enero y octubre, apenas 3.341 personas se han retirado del mercado laboral, la cifra más baja desde el 2016 y un descenso cercano al 10% respecto al año pasado. Una caída que se explica, en parte, por la avalancha de jubilaciones registrada el año pasado (de enero a octubre del 2018 se contablizaron en la provincia el récord de 3.650 jubilaciones) debido a que el Gobierno decidió prorrogar las excepciones que permitían a algunos trabajadores jubilarse en las mejores condiciones de acceso y prestación existentes antes de la entrada en vigor de la Ley 27/2011. A ello se une que, desde este año, los beneficiarios del subsidio de mayores de 52 años ya no están obligados a jubilarse en el momento que cumplen la edad de retiro anticipado. Por este motivo, una buena parte de ellos ha decidido seguir cobrando esta subvención económica y no jubilarse.

Otro factor que influye es la continua mejoría del mercado laboral, que permite seguir trabajando si se necesita elevar la base de cotización en los últimos años de carrera profesional. No obstante, esa menor incorporación de jubilados es un fenómeno pasajero, a la espera de la avalancha de la llamada generación baby boom (1957-1977).