El parque natural de Penyagolosa acusa los graves efectos del temporal que azotó el interior provincial el pasado mes de enero y que los expertos de la zona califican como el peor de los últimos 50 años. Y es que la caída masiva de árboles por el peso de la nieve ha dejado un paisaje desolador que habla por sí solo, cuando se cumplen casi cuatro meses de la histórica nevada en Castellón.

Las principales consecuencias de los daños forestales son el potencial riesgo de incendio, la dificultad de acceso a ciertas zonas del Penyagolosa y el afeamiento y sensación de abandono que sufre el lugar, del que ya hablan los turistas y que se teme pueda afectar a las visitas al parque natural.

Los cientos de árboles dañados disparan, según el diputado provincial de Bomberos, Luis Rubio, el peligro de fuego, pues la madera seca se convierte en combustible para las llamas.

La alcaldesa de Vistabella, Belén Bachero, ha dirigido recientemente una carta a la consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrián, en la que le ha solicitado ayuda urgente, incidiendo en la gran masa forestal afectada y el escaso presupuesto de una localidad con 380 habitantes. «Pedimos que, al igual que ha habido ayudas para el litoral después de las lluvias torrenciales, las ofrezcan al interior para restaurar nuestros bosques», exige la munícipe en un documento al que ha tenido acceso Mediterráneo.

SIN RESPUESTA NI AYUDA

«Aún no han respondido. Prometieron que las actuaciones se harían antes del verano y todavía no hay noticias. Va todo demasiado lento y el paisaje no da buena imagen a los visitantes», puntualiza.

Por su parte, el director del parque, Miquel Ibáñez, valora los daños como «muy importantes» en declaraciones a este diario. Incide en que, aunque algunas zonas tienen hiperdensidad arbórea y no se verán gravemente afectadas por la caída de ejemplares, en los suelos de rodeno sí será necesario reforestar. El máximo responsable del parque apunta que las parcelas más afectadas «son privadas» y destaca que «en la zona pública se han liberado pistas y sendas», concreta.

El diputado provincial de Bomberos no distingue, sin embargo, entre público y privado y advierte de que «hay que retirar los árboles, sean de quien sean». Alerta de que la situación actual «puede acelerar los incendios y dificulta el acceso de los bomberos a muchos lugares, no solo durante la extinción, sino también en los rescates a senderistas».