El inicio de la fase 0 de la desescalada del confinamiento por el coronavirus tuvo ayer un irregular impacto en los pequeños comercios —con una superficie inferior a 400 metros cuadrados— de la provincia de Castellón. Obligados a trabajar con cita previa, solo las peluquerías notaron el nuevo alivio decretado por el Gobierno. El sector dedicado al cuidado del cabello sí tuvo un reinicio de la actividad masivo (en torno al 80%) por su peculiaridad —muchos de estos negocios ya están acostumbrados a pautar la presencia de clientes en sus locales— y por la necesidad creada entre los usuarios después de 50 días sin poder ponerse en las manos expertas de un profesional. Los salones caseros —a base de tintes y productos adquiridos en supermercados o grandes superficies— pasaron ayer a la historia. Muchas de las peluquerías consultadas por Mediterráneo —tanto de señoras, caballeros o unisex— ya tenían copadas las citas previas como mínimo para las dos próximas semanas.

La restricción de un cliente por profesional no ha frenado al sector, como tampoco a los clientes el hecho de no poder esperar su turno dentro de los establecimientos, sino en la calle. «Estoy feliz por volver a trabajar tantos días después. Aunque la afluencia de gente sea mucho menor de lo habitual por las limitaciones, tener abiertos nos permitirá ir saldando algunas deudas», apuntaba Karik, uno de los profesionales del cabello más populares en la capital de la Plana.

REIVINDICACIONES

Otro cantar ha sido el resto del pequeño comercio castellonense, para el que las condiciones ofrecidas por el Gobierno en esta fase 0 no son lo suficientemente atractivas como para reabrir sus puertas. «Realmente la incidencia ha sido mínima», reconoce Teresa Esteve, secretaria general de Covaco-Confecomerç, que cuantifica en menos de un 10% el número de pequeños comercios de la provincia —exceptuando las citadas peluquerías que, para Esteve, «se tratan más de un servicio»—. La patronal de la Comunitat, Confecormerç, cree que es necesario que en estas fases iniciales de la desescalada de la crisis sanitaria del covid-19 se amplíe el permiso a otros establecimientos que son «igualmente pequeño comercio» aunque por necesidades logísticas necesiten superficies mayores para exponer sus productos, como tiendas de muebles o electrodomésticos. Para Confecomerç, el Gobierno debería fijar el criterio en número de trabajadores —«hasta un máximo de 10 empleados», reclama— en lugar de superficie.

BARES Y RESTAURANTES

Ayer también era un día para comprobar si los bares y restaurantes se adherían a esta fase 0 de desescalada o, por contra, como así sucedió, esperan tiempos mejores. Los establecimientos hosteleros abiertos en la provincia, tan solo con permiso de despachar comida por encargo o repartirla a domicilio, fueron una rara avis. «Los negocios de este tipo en Castellón no están preparados para dar el servicio de cátering, salvo, claro está, los que ya están especializados en esta modalidad», dice Carlos Escorihuela, de Ashotur.

En este sector se ha apostado claramente por esperar a la siguiente fase, que se iniciará el próximo lunes, para por lo menos poder explotar al 50% las terrazas. La patronal ha pedido a los ayuntamientos de la provincia que se conceda más espacio a las mismas e, incluso, que aquellos locales sin terraza puedan disponer temporalmente de aceras o espacios colindantes «para que se les ayude a arrancar de nuevo».