El pequeño comercio de la provincia, ya en la fase 1, atendió este lunes sin cita previa, respetando las medidas de distancia social e higiene. No hubo aglomeraciones; la gente aguardaba pacientemente en el exterior su turno. El textil demanda al Gobierno que como medida excepcional este año las rebajas y descuentos no se hagan hasta el mes de agosto.

Así lo explicaba ayer Tere Esteve, de la confederación valenciana Covaco. Y es que, recuerda, las tiendas tradicionales cuentan con un amplio estoc de ropa de temporada a la que no han podido dar salida por el confinamiento, y cree que va a pasar un tiempo hasta que el consumo pueda recuperarse, con lo que vaticina que el sector lo va a pasar mal.

«Tenemos toda la colección de primavera más la del verano, estamos sacándolo prácticamente de las cajas. Es ropa de temporada y hemos estado dos meses cerrados», señala el responsable de Vips Castelló, José Carlos Safont, quien recordaba que trabajan con márgenes estrechos.

"Durante el tiempo que hemos tenido la tienda cerrada, hemos trabajado en las redes sociales, con la finalidad de que los clientes pudiesen conocer el producto que podíamos mostrarle. Pero ahora después de haber abierto una semana con cita previa, vamos a tratar de vender la ropa de primavera, tanto de adultos como de pequeños. Lo que si que está totalmente parado es el tema de la venta de ropa para eventos”. Irene Romero Fonfría, propietaria del establecimiento de ropa de moda Oh la là, de Moncofa, que reconoce que “vamos a pasar un tiempo muy difícil, pero tenemos que tratar de salir adelante y aunque ahora nos costará mucho acostumbrarnos, a una nueva manera de trabajar”. Informa Miquel Sánchez.

Una nueva manera de trabajar que incluye extremar las medidas de higiene, como explica Estela Babiloni, desde Vips Castelló. Además de las distancias de seguridad, los comercios atienden respetando el aforo limitado. Además, la ropa que la gente se ha probado se separa y se desinfecta con una vaporeta.

En Calzados Bertomeu, su responsable, José Bertomeu, explica las medidas de higiene que están llevando a cabo. "Lavado de manos con gel hidroalcohólico. También se pide portar mascarillas y guantes, y ofrecen, además, bolsas para probar. Cuando termina, se lavan los mostradores y está todo muy bien espaciado, casi dos metros de separación", añade Bertomeu, quien lamenta que no acudió mucha gente en el primer día.

En la calle, pocas aglomeraciones y personas aguardando pacientemente su turno. Es el caso de Antonio Gudiño, quien aguardaba a las puertas de la relojería Cesáreo Val a que llegara su turno. "Había cinco o seis personas; llevo un rato esperando", aclara. En su caso, ha llevado a poner una pila a un reloj --el de mi mujer y a comprar otro. "Ha venido gente todos a hacer reparaciones, esperemos que esto se anime", explicaban desde el establecimiento, en el corazón del casco antiguo de Castelló.