La Junta de la Hospitalidad encargada de la organización de la peregrinación diocesana a Lourdes, que normalmente tiene lugar en el mes de junio, ha retrasado el evento, que se celebrará del 30 de septiembre al 4 de octubre, si bien queda pendiente de la evolución de la pandemia, tal y como explica el presidente de Hospitalidad, Pascual Aznar. «Será una peregrinación especial, más humilde, más conscientes de nuestras debilidades, de nuestra condición humana, iremos a postrarnos ante nuestra Madre, uniéndonos en oración con todos los que sufren por causa de esta y tantas otras enfermedades», afirma Aznar. Por el momento, el recinto religioso de Lourdes, ubicado en Francia, está cerrado como medida de prevención dispuesta por el Estado de ese país y cuyas últimas disposiciones alargan el confinamiento en el mismo hasta el 10 de mayo. Los responsables del santuario confían en que podrán abrirlo para comenzar la acogida a mediados de junio y de una forma muy escalonada.