Decenas de agricultores han salido esta semana a la calle para defender al sector y pedir soluciones a la crisis de precios que atraviesa la citricultura. Lo hicieron en Burriana, Nules, Castellón, la Vall d’Uixó, Vila-real o Almassora. Todos gritaron basta y, entre los que alzaron la voz, la mayoría ya peinaba canas. Porque el perfil del llaurador no deja lugar para las dudas: hombre y mayor de 60 años.

El relevo generacional en el campo es una cuestión urgente desde hace años pero la situación, lejos de arreglarse, empeora año tras año. Solo 0,31% de los 17.186 agricultores (el grueso son hombres) que en Castellón perciben ayudas directas de la Política Agrícola Común (PAC) tienen menos de 25 años. Las personas entre 25 y los 40 años suponen otro 5%, mientras que el grueso de los titulares (casi el 43% del total) supera los 65 años, según datos del Ministerio de Agricultura. «El relevo generacional sigue siendo una asignatura pendiente. Es cierto que la media de edad es alta, pero también hay algunos agricultores jóvenes que están apostando por este sector y lo están profesionalizando, aunque no es un fenómeno masivo», describe José Vicente Guinot, presidente de Fepac-Asaja.

Casi la mitad de los agricultores que cobran la PAC en Castellón supera actualmente los 65 años, pero estás ayudas de la Unión Europea podrían tener los días contados. Al menos dos comunidades autónomas, como el caso de Asturias y Cantabria, han propuesto al Ministerio de Agricultura que se expulse a los jubilados del cobro de subvenciones y defienden que, ante la nueva definición de la Política Agraria Común que regirá desde el 2021 hasta 2027, las ayudas directas se reserven para los profesionales, es decir, todos aquellos que estén dados de alta como autónomos.

De salir adelante, la iniciativa supondría un serio mazazo para miles de agricultores jubilados de Castellón. Y lo sería porque las subvenciones europeas suponen un sustancioso complemento a una pensión que, en la mayoría de los casos, no supera los 725 euros, casi 500 euros al mes menos que la media del resto de sectores, según datos facilitados por la propia Unió de Llauradors.