«Nosotros vivimos del mar y sin el mar nos morimos». Así de contundente se muestra el secretario de la Federación de Cofradías de Pescadores de la provincia de Castellón, Manuel Albiol, quien será uno de los ponentes de la primera mesa redonda que Mediterráneo organiza para difundir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Albiol defiende el importante papel activo de las cofradías en el mantenimiento del ecosistema marino de la provincia.

Y es que no hay que olvidar que los pescadores de Castellón, junto con el puerto tarraconense de Sant Carles de la Ràpita, son los que menos días y horas pescan de todo el Mediterráneo con el claro propósito de proteger los fondos. Las embarcaciones de arrastre paran durante los dos meses de veda, mientras el resto de la costa mediterránea lo hace un mes o ninguno. Asimismo, de las 12 horas permitidas ellos solo están en alta mar diez. «El sector pesquero es el más interesado en respetar el mar y mantenerlo limpio porque así se favorecen los recursos», explica Albiol.

Pescadores de Vinaròs, Peñíscola, Benicarló, Castelló y Burriana participan en la limpieza del Mediterráneo, a través de una campaña lanzada por Ecoembes, la organización medioambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España. El proyecto, denominado Upcycling the Oceans, consiste en que los marineros capturen no solo especies, sino también residuos que después se separan y analizan para terminar transformados en hilos de primera calidad para producción de tejidos y la confección de prendas y complementos.

Una cosa está clara. Cada vez los pescadores de la provincia de Castellón detectan más basura mientras faenan. De ahí la importancia de que este colectivo participe activamente en este tipo de actividades para favorecer la conocida como economía circular.

A diferencia de lo que se ha conseguido hasta la fecha reciclando residuos terrestres, la gran complejidad y el gran reto que afronta este proyecto, reside en la baja y desigual calidad del residuo recuperado en el mar por los pescadores como consecuencia de la constante exposición al sol, la sal y al agua. El objetivo es lograr filamentos 100% reciclados de máxima calidad técnica y texturas acordes con las tendencias, sin necesidad de utilizar más recursos naturales del planeta.

La colaboración del sector pesquero queda patente con las cifras sobre basura marina extraída. Según los últimos datos disponibles, referidos al año 2018, se sacaron en 37 puertos españoles hasta 140 toneladas de residuos de los fondos marinos.

Este proyecto no solo persigue extraer la basura que está destrozando los ecosistemas marinos, sino demostrar que es posible darles una segunda vida convirtiéndolos en productos de alta calidad y duraderos. Además, se busca sensibilizar sobre este grave problema.